ENCUENTRO
Desde el principio había sido igual, pensó, acomodado en la barra del Druids-In ese viernes a la tardecita. Siempre había habido erotismo, suavidad y perfume de la mujer más fina que jamás había tenido. Hasta se sentía deslumbrado por que esa diosa rubia lo perturbara hasta el extremo del acoso.
A pesar de la festiva concurrencia estaba tenso; miró a su alrededor y sintió la frescura y la belleza de las mujeres, que no se marchitaba desde la mañana y envidió a los jóvenes “jupies” que con sus corbatas finas ya aflojadas brindaban y hablaban en inglés.
Aunque había seguido los pasos previos, fue en ese momento cuando lo terminó de decidir. Mandó el mensajito.
Un rato después su diosa lo abrazó desde atrás, se besaron largamente, él sintió que podría pertenecer a ese lugar, a ese mundo. Con el dinero podría.
Mientras lo recorría con sus caricias sintió con delicadeza que ella tomaba el pen-drive de su bolsillo. Le arregló el flequillo y se abrazaron de despedida.
Desde la calle Reconquista, la rubia de la Federal le tiró un último besito.
Ricardo Aznárez (Santiago del Estero)
ANOMALÍA
Ella clavó sus colmillos en mi cuello. Acto seguido atravesó mi pecho con una estaca.
Algo no funciona bien en esta historia. La única que no se refleja en el espejo es ella, pero quien muere estaqueado soy yo.
Julio Ricardo Estefan (Tucumán)
CONSUELO
Al final había pasado la vida encerrado en la prisión junto a sus carceleros, Bajo el mismo techo. Mirando la distancia, no encontraba diferencia entre preso y carcelero. Tampoco entre preso vivo y carcelero muerto
César Antonio Alurralde (Salta)
HISTERIA
Clara le cuenta a su analista la más bella y extraordinaria historia de amor jamás contada. La analista interviene su discurso, resignifica sus palabras, suaviza su dolor y, así, acompaña la cura. Pero no descansa hasta reunirse con su antigua paciente, solo para contarle que ella, su analista, vive la más bella y extraordinaria historia de amor jamás contada.
Nélida Cañas (Jujuy)
POR CURIOSIDAD
Todos los días tenía presente lo que su madre aconsejaba con esmero y persistencia.
-¡Cuidado, soledad, la curiosidad mató al gato y dejó embarazada a la mujer!
Y soledad, que era muy curiosa, no quiso matar gatos
Mónica Cazón (Tucumán)
EL AVARO
El enamorado, tomándole las manos a su amada, exclama: “¡Tu piel de nácar, tu pelo de oro, tus ojos de esmeraldas, tu boca de rubí, tus dientes son blancas perlas…! ¡Ay, amada mía, eres mi joya más preciada y no quiero que nadie arrebate mi tesoro!”.
Ella niega con la cabeza y sus bucles rubios se agitan levemente. El enamorado la contempla un instante extasiado y la vuelve a guardar en la caja fuerte empotrada en la pared del escritorio.
Rosa Beatriz Valdez (Catamarca)
CERTEZA
Cuando desenfundó el revólver, el cuerpo yacía a sus pies. En el callejón vacío habían estado solos. Miró hacia los lados y no halló al asesino. Buscó en los infiernos, aún no había llegado. Escudriñó en las alturas, mas no advirtió sombra alguna.
- Hombre – Escuchó a sus espaldas.
Detrás de las tinieblas milenarias resplandeció el brillo de la espada.
Mónica Maud (Santiago del Estero)
Excelentes todos, desde mi punto de vista el mocrorelato es un arte dificil, decir brevemenete toda una historia. Desde mi sur los felicito,
ResponderEliminarcordialmente,
Silvia Loustau
www.silvialouestau.blogspot.com