Germen
Cuando la palabra no existía en la tierra, todo eran signos.
Reinaban las leyes del universo, y el hombre, sin entenderlas, se avenía a ellas.
El sosiego, el silencio y las equivalencias destacaban.
Entonces el hombre quiso...
Apareció la palabra.
Irrumpió el arado, las medidas, la espada.
El hombre se hizo poderoso, pero ya no podía convivir con la naturaleza sin torcerla.
La consonancia se interrumpió.
La palabra copuló con el silencio, la desazón con el sosiego, lo dispar con la probidad.
Hoy, el hombre reemprende la búsqueda de lo perdido allá lejos:
El silencio, las señales, la alegoría, el sino.
No hubo nunca otra cosa que balbuceos... representando el germen.
Unpoema que tiene un trasfondo filosófico y humanístico.
ResponderEliminarCordialmente,
Silvia Loustau
www.silvialoustau.blogspot.com
"No hubo nunca otra cosa que balbuceos... representando el germen. " ¿Habremos dejado lo suficiente para que exista un germen? Sí, creo que sólo el balbuceo...nada más. Aprendamos...
ResponderEliminarhttp://webs.uolsinectis.com.ar/vida-reflexion
Juan: un ejemplo más de que, a las leyes, hay que respetarlas. Caso contrario pretender equilibrios mágicoa, no existe. Vale para todos los órdenes de la vida. Un saludo de Laura Beatriz Chiesa.
ResponderEliminarTodo tiene su precio. Traspasar las leyes de la Naturaleza, es demasiado alto el precio que se paga.
ResponderEliminarOjos qúe no quieren ver, oídos que no quieren escuchar, los resultados se presentan.
un beso Juan
Jóse