sábado, 13 de marzo de 2010

Alba Bascou-Buenos Aires, Argentina/Marzo de 2010


1982
 EL GAUCHO RIVERO NO HA MUERTO

            Nos dijeron que pasábamos la Isla de los Estados. Con tanto ruido y temblor de nuestros cuerpos no entendíamos nada. Los gritos del oficial incitándonos, exigiéndonos, a defender la patria, sacudían mis oídos. Una voz aguardentosa pasaba por los altavoces tratando de convencernos de que estábamos ganando. Triunfábamos.
            Viento, hambre, frío... y el mar azul verdoso infinito. Y mucho frío...Hielo. Y el recuerdo de caras familiares subían y bajaban dentro de mi cabeza como simples navegantes, con obsesión.
            Después la NADA.
            Hoy miles y miles nos transformamos en habitantes de sus aguas, de este agua. Somos peces que atravesamos las olas del Atlántico Sur y a veces llegamos a las costas de Puerto Argentino y cuando elevamos la cabeza, nos sorprende un monumento de quienes hicieron posible nuestra muerte.
            La muerte nuestra y la de la soberanía de un pueblo, en manos de piratas ajenos a las costas y a las tierras de la patria, a nuestra gente.
            Dueños del poder económico, viejos sádicos piratas, a pesar  del barniz de democracia. Todavía alcanzamos a leer una fecha, 14 de junio de 1982, en esa pirámide y una dedicatoria, que avistamos desde nuestros cuerpos sumergidos. Es entonces, cuando nuestros brazos se transforman en aletas, se agitan, y nuestra boca ruge como las de los leones de los mares emitiendo un canto lleno de esperanza y fuerza, porque estamos convencidos de que no podrán doblegarnos porque no estamos muertos. Vivimos en la carne y la memoria de millones de argentinos. En este mar, que no perdonará la sangre esparcida sobre sus azules y su espuma blanca.

ALBA BASCOU
Partiendo de Puerto Argentino, enero 9 de 2002.

 Nota: El título responde al gaucho Antonio Rivero, entrerriano,  que en 1827 fue enviado como peón por el entonces gobernador argentino de las islas, Luis Vernet  junto a otros. En 1833, se produce en Malvinas la ocupación británica  contra la cual se subleva Rivero como otros dos gauchos Brassido y José María Luna, sumándose a éstos, otros charrúas Luciano Flores, Manuel González, Marcos Latorre, Felipe Zalazar y Manuel Godoy .Como en toda la historia hasta nuestros días, los ingleses descalificaron a nuestros hombres tratándolos de salvajes, amotinados y llevados como prisioneros al Reino Unido.
Lo cierto es –según las versiones- que lograron enarbolar el pabellón argentino, como símbolo de nuestra soberanía.
Y fueron liberados, a pesar de que se les quería aplicar la pena de muerte, porque su lucha fue en un territorio que los ingleses no tenían en su imperio.

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