EL SECRETOSO MUNDO DE LOS DINOSAURIOS
(Extracto)
A Naná...
Año 1923. Las tres de la tarde.
Se produce el primer descubrimiento de huevos de dinosaurios en el Cretáceo Superior de Mongolia por parte de una expedición del Museo de Historial Natural de Nueva York al desierto de Gobi.
Los huevos hallados han sido enterrados en la arena y dispuestos formando capas circulares superpuestas. Tienen forma alargada y miden unos 20 centímetros. Parecen inmensos salames cascarados de diversos colores con manchas en forma de lunar. El más chic es un huevo azul marino con lunares violetas. Espectacular. En cercanías del lugar descubren restos de un ejemplar hembra de Protoceratops, en apariencias, la responsable de los huevos abandonados. Mejor dicho, los restos son de la irresponsable.
Unos años más tarde, en el año 1950, la misma expedición (con la nueva adquisición de un perro salchicha negro), descubre en el Cretáceo superior de Provenza, Francia, otro yacimiento de huevos de dinosaurios. Por su cantidad es considerado el más importante. Encuentran alrededor de 96 huevos. Para un almacenero son ocho docenas. Para el Conejo de Pascuas, la gloria. A diferencia de los huevos de Gobi, los cuales eran alargados y con vivos colores matizados por lunares, los de Provenza son huevos esféricos y blancos. Blancos como las leches. Miden 75 centímetros de diámetro y calzan plantilla número 36.
Por otra parte, mientras los de Gobi se asemejan a exagerados cascapiñones embutidos los de Provenza parecen cabezas de pelados albinos.
Surgen los primeros interrogantes en la expedición: ¿Cuál es la causa por la cual los mismos ejemplares evacuaron huevos de características tan diferentes?. ¿Un mayor o menor entreñimiento del esfínter de su enorme nalgatorio?. ¿La alimentación?. ¿Las condiciones atmosféricas?. ¿Qué comió este maldito perro negro con forma de chorizo quemado?. ¿Y quién lo trajo?. Es más, ¿no sería una buena idea ofrecerle un uvasal ahora que vamos en bajada?.
El grupo de eruditos regresa a los Estados Unidos en clase turista y experimenta con los huevos hallados. Con los de Gobi y con los de Provenza. Ciertamente, como diferentes resultaron ser ambos tipos de huevos en cuanto a su formato y a su apariencia externa (también a su capacidad mental ya que desde un punto de vista cerebral los de Gobi, muy favorecidos por su similitud con la cabeza pelada de un albino, resultaron ser huevos más inteligentes; pruebas de inteligencia mediante, los de Provenza ratificaron que no sólo por las apariencias eran unos verdaderos salames), los resultados logrados igualmente mostraron sustanciales disparidades.
Por ejemplo, con los huevos de Gobi se lograron tortillas para comer directamente de la mesa. No había plato capaz de soportar semejante extensión. Se probó con una fuente de regimiento pero tampoco entró. En cambio, con los de Provenza se cocinaron tortillas normales. Por supuesto, considerando sus 75 centímetros de diámetro una tortilla hecha con estos huevos alcanzaba para alimentar a una dotación completa de Bomberos Voluntarios. Además, con los huevos de Gobi nadie pudo cocinar un huevo duro. Uno de los estudiantes lo intentó dando como resultado un patético salame duro difícil de digerir. En cambio, con los de Provenza los huevos duros parecían pelotas de marfil para exponer con una de las obras más extraordinarias del artista George Paint, esbozada durante uno de sus innumerables safaris africanos, a la cual tituló "Este elefante no tiene únicamente los colmillos de marfil, no señor mío". En cuanto al omelette, los de Gobi lograron el primer puesto. Y quienes pudieron degustar un omelette hecho con los huevos de Gobi se succionaron los dedos de las manos. De ambas manos. Esto no ocurrió cuando alguien cocinó un omelette con los huevos de Provenza para los que no estaban cuando se hizo el omelette con los de Gobi. Los que comieron este tipo de omelette no se chupetearon los dedos de las manos. Se lamieron las rodillas cada vez que se agachaban para recoger los huevos enteros que rodaban por el piso.
Por último, los de Gobi fueron muy bien vistos cuando integraron las conocidas y populares "picadas". Su aspecto, combinado con la visión que otorga la albóndiga o el queso cortado en trozos rectangulares pequeños, producía el aplauso y el delirio general. Por el contrario, los de Provenza, debido a su aspecto de huevo duro cualunque le otorgaba a la picada una significativa apariencia de vulgaridad culinaria.
Se produce el primer descubrimiento de huevos de dinosaurios en el Cretáceo Superior de Mongolia por parte de una expedición del Museo de Historial Natural de Nueva York al desierto de Gobi.
Los huevos hallados han sido enterrados en la arena y dispuestos formando capas circulares superpuestas. Tienen forma alargada y miden unos 20 centímetros. Parecen inmensos salames cascarados de diversos colores con manchas en forma de lunar. El más chic es un huevo azul marino con lunares violetas. Espectacular. En cercanías del lugar descubren restos de un ejemplar hembra de Protoceratops, en apariencias, la responsable de los huevos abandonados. Mejor dicho, los restos son de la irresponsable.
Unos años más tarde, en el año 1950, la misma expedición (con la nueva adquisición de un perro salchicha negro), descubre en el Cretáceo superior de Provenza, Francia, otro yacimiento de huevos de dinosaurios. Por su cantidad es considerado el más importante. Encuentran alrededor de 96 huevos. Para un almacenero son ocho docenas. Para el Conejo de Pascuas, la gloria. A diferencia de los huevos de Gobi, los cuales eran alargados y con vivos colores matizados por lunares, los de Provenza son huevos esféricos y blancos. Blancos como las leches. Miden 75 centímetros de diámetro y calzan plantilla número 36.
Por otra parte, mientras los de Gobi se asemejan a exagerados cascapiñones embutidos los de Provenza parecen cabezas de pelados albinos.
Surgen los primeros interrogantes en la expedición: ¿Cuál es la causa por la cual los mismos ejemplares evacuaron huevos de características tan diferentes?. ¿Un mayor o menor entreñimiento del esfínter de su enorme nalgatorio?. ¿La alimentación?. ¿Las condiciones atmosféricas?. ¿Qué comió este maldito perro negro con forma de chorizo quemado?. ¿Y quién lo trajo?. Es más, ¿no sería una buena idea ofrecerle un uvasal ahora que vamos en bajada?.
El grupo de eruditos regresa a los Estados Unidos en clase turista y experimenta con los huevos hallados. Con los de Gobi y con los de Provenza. Ciertamente, como diferentes resultaron ser ambos tipos de huevos en cuanto a su formato y a su apariencia externa (también a su capacidad mental ya que desde un punto de vista cerebral los de Gobi, muy favorecidos por su similitud con la cabeza pelada de un albino, resultaron ser huevos más inteligentes; pruebas de inteligencia mediante, los de Provenza ratificaron que no sólo por las apariencias eran unos verdaderos salames), los resultados logrados igualmente mostraron sustanciales disparidades.
Por ejemplo, con los huevos de Gobi se lograron tortillas para comer directamente de la mesa. No había plato capaz de soportar semejante extensión. Se probó con una fuente de regimiento pero tampoco entró. En cambio, con los de Provenza se cocinaron tortillas normales. Por supuesto, considerando sus 75 centímetros de diámetro una tortilla hecha con estos huevos alcanzaba para alimentar a una dotación completa de Bomberos Voluntarios. Además, con los huevos de Gobi nadie pudo cocinar un huevo duro. Uno de los estudiantes lo intentó dando como resultado un patético salame duro difícil de digerir. En cambio, con los de Provenza los huevos duros parecían pelotas de marfil para exponer con una de las obras más extraordinarias del artista George Paint, esbozada durante uno de sus innumerables safaris africanos, a la cual tituló "Este elefante no tiene únicamente los colmillos de marfil, no señor mío". En cuanto al omelette, los de Gobi lograron el primer puesto. Y quienes pudieron degustar un omelette hecho con los huevos de Gobi se succionaron los dedos de las manos. De ambas manos. Esto no ocurrió cuando alguien cocinó un omelette con los huevos de Provenza para los que no estaban cuando se hizo el omelette con los de Gobi. Los que comieron este tipo de omelette no se chupetearon los dedos de las manos. Se lamieron las rodillas cada vez que se agachaban para recoger los huevos enteros que rodaban por el piso.
Por último, los de Gobi fueron muy bien vistos cuando integraron las conocidas y populares "picadas". Su aspecto, combinado con la visión que otorga la albóndiga o el queso cortado en trozos rectangulares pequeños, producía el aplauso y el delirio general. Por el contrario, los de Provenza, debido a su aspecto de huevo duro cualunque le otorgaba a la picada una significativa apariencia de vulgaridad culinaria.
1997, by Juanca Vecchi.
Gracias, querida Graciela.
ResponderEliminarTe abrazo...
Juanca.
Juan Carlos: qué cierto es que la imaginación no tiene límites. Original visión de los hallazgos, un abrazo de,
ResponderEliminarAmiga Laura, hola y gracias muchas por comentar ese hecho en Juanca.
ResponderEliminarSi bien la realidad suele superar a la ficción, en el universo real donde todo debe ser comprobable (Aristóteles), nunca la imaginación humana puede lograr niveles que se pueden hacer efectivos en el universo de la ficción porque nada debe ser comprobado, por ende, todo es creíble y... verosímil.
En ese universo de la ficción... me siento Gardel y Lepera, querida amiga jaja.
Te abrazo y muchas gracias.
Juanca.
A través de sus palabras Juanca siempre ha demostrado una audacia singular (por cómo relaciona los tonos de cada una de ellas); sería aún más interesante descubrir la causa que las provoca.
ResponderEliminarUn abrazo, Juanca
LFF
Jajajaja. ¡Buenísimo, Juanca!
ResponderEliminarTu estilo, inconfundible, repleto de ironía en el que unes realidad y ficción en un malabarismo de palabras.
Un abrazo, tocayo, amigo y colega.
Juanita.
Comienza como una realidad y luego nos lleva a mundos ficcionales donde juega la imaginación, el absurdo y el humor.Muy bueno.
ResponderEliminarUn abrazo
Mirta
Estimada/o LFF: También sería muy interesante para el Juanca cuesto, saber a quien pertenecen esas siglas, siglas a las cuales agradezco su comentario y felicito porque tiene que ser escritor para lograr plantearle a un autor dichas causas, en esta ocasión, ya que nombra el tono narrativo (se refiere al plano discursivo o de estilo: ¿cómo se cuenta una historia?); el tono lo determina el narrador y éste es el disfraz delirante y absurdo que se pone, siempre o casi siempre, el Juanca cuando necesita escribir algo. Elegido el tema del cual quiero contar algo (enseño a mis alumnos que siempre escriban sobre algo que a sus alma gusten o disgusten), busco una idea, intento aprovecharla y decidir dónde comenzarla; además, con qué punto de vista, cuál persona gramatical y fundamental que se determina en la segunda frase de la historia: el tono narrativo, el ritmo y la manera de contar la historia. Causas: Juanca escribe como escribe y cómo escribe porque uno es lo que escribe y escribe lo que es; si estás cerca de mi vida, ya sabrías que no es fácil mantenerse serio o adusto si yo hablo de lo que sea... intención: transformar mis infiernos más temidos, los pasados, los presentes y los que se me vendrán, en risa que merezco y en tu risa/lector que también te merecés. Y quizás, cerrando, estimada/o LFF, con algunas de mis absurdas tonadas, vos o el otro, se identifiquen :)
ResponderEliminarTe abrazo y muchas gracias. Abrazo.
Juanca.
Hola y gracias muchas, querida tocaya, amiga y colega jaja... Juanita del otro lado del gran charco gran... alegrome y mucho que te haya divertido este loquito secretoso de los dinos extrañables.
ResponderEliminarTe abrazo, buen finde y cuidate mucho.
Juanca.
Querida poeta Tamir... satamente así, casi siempre larga el Juanca su ovillo absurdo, siempre desde una investigación previa, arranque que garantice incierta o cierta credibilidad, por ende, verosimilitud, y luego... ¡a escribir con placer!
ResponderEliminarTe abrazo y buen finde, gracias.
Juanca.
Me encantó!!! Divertir con tono serio, el absurdo con palabras moderadas y científicas...muy tuyo Juanca. Y el inicio..."a las tres de la tarde": ternura para dar paso al resto.Buena literatura profe!!!!
ResponderEliminarBesssssssssssssss
Yanina
y yo ahora quiero Omeletes sin queso y sin oregano porque siempre me queda uno entre los dientes... Juan querido que negocio habriamos hecho con el almaceneroooooo
ResponderEliminarsiempre un descostillar de risa con tus textos y con este Extracto yo habia leido uno pero era de extracto de tomate falta poco para los miercoles de mesas redondas
Besos
Mauricio Barcelo
Gracias, querida Yani, por contarme que gustote y por tu siempre interesante lectura como escritora (que también sos...)
ResponderEliminarAbrazote y feliz cumple, eh (adelantado,clarete;)
Juanca.
Jaja... hola y gracias por tu comentar, cumpita Mauri... y sip, falta poquito pa' retomar las mesas redondas y divertidas (anque este año no se van a reír tanto porque va el curso de corrección jeje:)... de los miercodich inolvidables...
ResponderEliminarAbrazote y cariños per Neli y ese maestro El Negro Querido.
Juanca.
Hola Juan, que decirte...me encantó y me hiciste reir un rato.Me imagino pobres paleontólogos queriendo romper los huevos contra el filo de la mesada de granito para poder hacer sus omelettes...cuantas mesadas habrán roto?... Gracias a Dios ya llegan los miercodich(como dices tú). Cariños y como siempre muy bueno lo tuyo. Nos vemos.
ResponderEliminarCristina.
Hola Juan, que decirte...me encantó y me hiciste reir un rato.Me imagino pobres paleontólogos queriendo romper los huevos contra el filo de la mesada de granito para poder hacer sus omelettes...cuantas mesadas habrán roto?... Gracias a Dios ya llegan los miercodich(como dices tú). Cariños y como siempre muy bueno lo tuyo. Nos vemos.
ResponderEliminarCristina.
Hola Juan, que decirte...me encantó y me hiciste reir un rato.Me imagino pobres paleontólogos queriendo romper los huevos contra el filo de la mesada de granito para poder hacer sus omelettes...cuantas mesadas habrán roto?... Gracias a Dios ya llegan los miercodich(como dices tú). Cariños y como siempre muy bueno lo tuyo. Nos vemos.
ResponderEliminarCristina.
Perdón, no se porqué me mandó dos veces el comentario.
ResponderEliminarCristy queridusa, hola y jaja... fueron 3, no 2 veces que salieron tu/s comentario/os :) cosas de la internete, eh... ¿o será que te gustó mucho el delirio paleontológico hecho en Juanca? (jeje).
ResponderEliminarGracias por comentar y me alegra mucho que te haya divertido.
Y sip, que ya se vienen los miercodich de la mesa redonda en Loma y vamor por el 3er año.
Abrazo pavos y linda familia, cuidate mucho y salu2 a la barra.
Juanca.