Melpómene
Se esfuman en la noche los testigos
del astro divino, de su abrigo,
cae la noche como un yunque macizo,
de la forja del día, opuesto mellizo.
La imaginación disoluta se ha ido
como de las aves sus solemnes himnos,
siquiera me sonríe la ampolla de láudano,
el tercer ojo del poeta, el dulce bálsamo.
¡ Ni el opio de Esmirna revive mi musa !
¡ ni la amarga Artemisa da tono a mi fusa !
ya no se hace en el papel poesía difusa,
hace de mis poemas, cosas inconclusas.
Hola Alphonse !!
ResponderEliminarEstá muy bueno tu poema rimado.
Saludos Josefina