EL LLAMADO
¿Desde què oscura sima, àvido fuego
llegas desde la entraña a develarte?
¿O soy el que hacia tì, a descifrarte,
avanza bajo el sol, pròdigo y ciego?
¿A desnudarme vienes? ¿Tu celada,
se enmascara de lìmpida belleza,
para urdir en la sangre la certeza
de que eres mi origen, mi morada?
Solo sè que el verano que me llama
y el agua transparente que asombra
forjan el rostro ardiente de mi historia.
Dèjame, madre tierra, ser la rama,
la ìntima hierba, el trino que te nombra,
el latido ancestral de tu memoria.
Que bonito soneto Carlos, que delicadeza, me encantó!!!!!.
ResponderEliminarTe saluda Josefina
Felicitaciones muy lindo soneto
ResponderEliminarmartin
Sí que entre todos conformamos las manifestaciones históricas ancestrales de este mundo, que no sé hasta qué punto valora, la tierra que le sirve de sendero a sus pies, bastantes irresponsables por cierto... Bello...
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