A Guelfo Pucci
Estás aquí
-como cuando niña-
te veía sólo por las noches
el día
una sucesión de muñecas sin sentido
no estabas
y estabas
en el olor de la almohada
en los pantalones impecablemente colgados
en el saco al que abrazaba
cuando me dolía más allá del pecho
Estás aquí
-como cuando adolescente-
tu mirada de ave mutilada
hacía nido en mis ojos
-Impotente ante la autoridad
que desautorizaba-
Estás aquí
-como cuando era casi adulta-
me negué a vestirme de blanco
(¿te acordás?)
volviste a callar
¿qué podías hacer?
tu alma comulgó con la mía
cómplice de un error
Estás aquí
-como cuando te regalé tres soles-
iluminaron la dura tarea que te impuso la vida
arrastrabas dolores antiguos
lastimaban tus sueños
te borraban sonrisas
también te regalé mis palabras
transformadas en poemas
-las eché a volar junto a tu nombre-
llegaron a destino, sin destiempos
Hoy no estás
pero estás conmigo
acompañás mi sueño –inquieto como el tuyo-
tu figura
me sigue guiando
estás a mi lado
¿por qué dicen que no estás vivo?
siempre estan y siguen amandonos y siendo complices de tantas locuras.
ResponderEliminarSentido homenaje en bellos recuerdos vestidos de palabras.
Un abrazo!!
Graciela cuanto sentimiento y cuanto recuerdo. Hermoso realmente.Gracias por compartirlo, nos hace mirar hacia atrás y ver los momentos inolvidables.
ResponderEliminarSiempre el padre retorna a nuestros recuerdos, y tu poema qué lindo lo dice. Gracias por traerlo para todos y todas.
ResponderEliminarUn abrazo. Ana María.
Graciela;
ResponderEliminar¿Quién dijo que no está vivo?. Si estuviera muerto en vos no podrías escribir tus versos tan vivos.
Felicitaciones
Luis Tulio Siburu
Sublime Graciela!!.
ResponderEliminarLa magia de tus versos inmortaliza a tu padre que vive en tu memoria afectiva.
Sinceras felicitaciones!!.
Graciela, aunque yo siempre te digo Diana....este poema es conmovedor, me dio la sensación de ir viendo fotos. Un abrazo ,
ResponderEliminarSilvia Loustau
Un poema vivo para quien ya no está y sin embargo está.
ResponderEliminarConmovedor en el sentir.
Un abrazo
Maria Cristina Fervier
Querida Graciela: tal vez has podido plasmar, en este poema, las mayores situaciones de acercamiento -o no- con quien colaboró para tu existencia. Testimonio de vida -si las hay-, esta manifestación poética.Te abraza,
ResponderEliminarmuy bien logrado, esta ausencia con presencia constante.
ResponderEliminarsaludos
anahí Duzevich Bezoz
Gracias a todos por leer el poema para mi padre y por sus comentarios, un abrazo para cada uno de ustedes
ResponderEliminarLos que amamos, nunca se van del todo, mientras permanezcan en nuestro recuerdo.
ResponderEliminarFelicidades por tanto sentimiento.
Saludos,
Inma
gracias, nunca pude decdirle todo ésto, lo estás haciendo por mí, a su nombre, a su recuerdo, a su presencia viva.gracias por ocupar mi lugar con tu palabra. susana zazzetti.
ResponderEliminarApreciada Graciela,la figura del hombre vestido de padre se retiró.
ResponderEliminarLa esencia,el ser que amas, camina dentro tuyo,dialogas con él como en este poema.
El recordarlo es atraerlo hacia nuestra corta vida.
No se irá nunca de tu lado mientras lo lleves en el amor que le has tenido ,le tienes y le tendrás
Abel Espil.
Qué homenaje sentido, amiga...más allá de las palabras, eso que nos queda en el olfato, en la mirada, el roce y las lágrimas... Felicitaciones y felicitaciones también por esta nueva puesta en el la red de Literarte, esfuerzo admirable para nuestra cultura latina.
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