Salvar en las palabras
Lo perdido de la rosa
Correr todos los riesgos
Mario Trejo
Flagelo del olvido
La rosa deshojaba
su diluvio de cometas,
y el azul pintaba palabras
junto al río de tu pelo,
y yo,
a un costado de la ruta,
amaba esa belleza sutil
que se escurre y manifiesta,
en los bordes temblorosos de la vida.
El encuentro
asomaba por entre los cuerpos,
pegados al atardecer de un sauce olvidado,
y los niños miraban las espaldas
de los ángeles volar,
y todo era mágico, menos tu voz.
Ausente por momentos,
recuerdos poblaban mis pupilas.
Rostros sobre cartulina
perdidos en el mar.
Asi la historia iba tejiendo
punto a punto las verdades.
La mentira,
alojada en el cajón de la derecha,
tomaba a cuenta las palabras
vertidas como gotas
por el púrpura del vino,
y ya nadie sabia cuál realidad era la propia,
y cuál, la inventada por la escena.
La vida sacudía
con sus ráfagas de sal, mis heridas.
Éramos a veces, enamorados de la vida.
Otras veces,
puros autómatas,
sin sabores en la piel,
sin soles, ni horizonte.
Habitantes de la misma pesadilla,
a oscuras del deseo,
éramos, esos días,
pordioseros del amor.
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