LÍQUIDA
Afuera es Adentro
('todo es un interior', aulló Alejandra),
pero la galaxia no
brilla en las orejas de los hombres grises,
no saben que para bailar-se acaricia
toda piedra
y hablan demasiado,
para evitar el temblor de un abrazo,
la transparencia del olvido,
la propia disolución en el ojo del otro que
ya no sería más otro sino uno mismo,
saltando de piedra en piedra para cruzar el torrente
y cayendo
en
el último
impulso.
Los hombres
grises bajan
a los sótanos a llenar sus pulmones
de polietileno y gasoil común
de qué-hora-es y cuánto-sale;
poder decirlo les abre grietas grutas,
a donde van a beber los caballos que buscan morir.
Al aire libre, sobre la tierra, estos hombres
escribirán con cuchillo sus inventarios de materia viciada,
como triste marca territorial.
Pero allí están
mis espejos,
soy tan ellos como esta flor que
guardan mis manos.
Afuera es Adentro
('todo es un interior', aulló Alejandra),
pero la galaxia no
brilla en las orejas de los hombres grises,
no saben que para bailar-se acaricia
toda piedra
y hablan demasiado,
para evitar el temblor de un abrazo,
la transparencia del olvido,
la propia disolución en el ojo del otro que
ya no sería más otro sino uno mismo,
saltando de piedra en piedra para cruzar el torrente
y cayendo
en
el último
impulso.
Los hombres
grises bajan
a los sótanos a llenar sus pulmones
de polietileno y gasoil común
de qué-hora-es y cuánto-sale;
poder decirlo les abre grietas grutas,
a donde van a beber los caballos que buscan morir.
Al aire libre, sobre la tierra, estos hombres
escribirán con cuchillo sus inventarios de materia viciada,
como triste marca territorial.
Pero allí están
mis espejos,
soy tan ellos como esta flor que
guardan mis manos.
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