Notas de Cine Nº 7, Ingmar Bergman, Parte II
La Obra.
Que cada hombre escribe desde y para sí, es quizá una de las frases más aplicables a Bergman. En sus obras recrea una y otra vez: el regreso a la infancia sitio amable que desmenuza en la búsqueda de una autentica felicidad; la tortuosa relación con sus padres, un padre golpeador y una madre distante o ausente; la dificultad de las relaciones humanas, ya sea de la pareja en crisis eterna hasta el fracaso de la misma, debacle que puede tomar muchas formas hoy en día un divorcio y mucho años atrás un frío matrimonio virtuoso, o entre hermanos; la soledad final del hombre mayor embarcado en su propia miseria y descubriendo en forma tardía errores donde sólo veía éxitos.
De sus películas más señeras podemos mencionar:
"El Séptimo Sello” ,1957. En ella el caballero, Antonius Block, regresa con su escudero a su pueblo natal, en Suecia, después de 10 años de ausencia en Las Cruzadas. Se encuentra con una comarca diezmada por la peste.
La figura de la Muerte, un hombre, aparece, para reclamar la vida de los habitantes de su pueblo.
Antonius decide retarla a un juego de ajedrez, y con ello ganar tiempo para así encontrar un acto, cuya ejecución le dé sentido a su vida antes de morir.
Está filmada en blanco y negro, utiliza decorados minimalistas aunque capaces de plasmar toda la desesperanza, ante lo fútil de la vida y la cercanía de la muerte. Posee una ambientación libre y simbólica basada en motivos medievales, no se ajusta a la realidad histórica.
Una obra con motivos vigentes: el hombre, su eterna búsqueda de Dios y la muerte como única certidumbre; o, el absurdo de la vida.
"Fresas Salvajes" , 1957. Trata de una eminencia medica arrogante y pudiente, Isak Borg, quien debe viajar a Estocolmo donde será condecorado, esto en avión es un viaje de minutos, sin embargo decide realizarlo junto a Marianne, la esposa separada de su único hijo, en auto lo que les lleva muchas horas y llegaran casi justo al evento.
En el viaje se desvían para visitar su casa natal donde el encuentro de fragantes fresas salvajes, desata en él un tumulto de recuerdos, de una familia cariñosa, de su primer y nunca olvidado amor, de la forma en que esta pérdida lo marca.
Este despliegue emocional al cual no puede sustraerse lo lleva a acercarse a su nuera para conocer la causa de la separación, la que reside en que su esposo la ha hecho abortar pues no quiere hijos, ella está de nuevo embarazada y ha decido conservarlo, por ello su esposo la ha rechazado.
El viaje está matizado con personajes que los acompañan, un trío de dos chicos y una jovencita que les alegran con sus ideas lúdicas y transgresoras; y un matrimonio en que el hombre es en acosador psicológico y golpeador, los cuales al trenzarse en una discusión son echados del auto por Marianne.
En Estocolmo es condecorado, él no es feliz, siente que ha llegado al final de su vida y que aquello donde creía tener sus afectos más logrados, sólo son una fachada, como el momento en que su hijo, Evald, le recrimina que siempre se sintió un estorbo y que no desea tener niños para que lo molesten y sean infelices.
El viaje, para Isak, ha comenzado cada actitud cada gesto lo llevan a recordar tiempos más felices que creía perdidos, sin embargo la soledad tan defendida por él, en otros tiempos, es su única compañía.
"Fanny y Alexander", 1982. Dicen los críticos y lo comparto que es su obra más lograda. No es una película fácil de entender, si nos quedamos en la primera mirada, diríamos que se trata de dos hermanos cuya vida dentro de una familia extendida, unida, querendona y amorosa cambia en forma radical cuando su padre, Oskar Ekdahl, fallece y su madre decide casarse con el obispo Evald.
Este hombre, duro, austero, pagado en si mismo, decide aplicar métodos de castigo ejemplares al mentiroso Alexander quien a sus doce años vive en un mundo de fantasías que lo desbordan y ponen en aprietos con frecuencia. Usa métodos de educación como mantenerlos encerrados con llave en su habitación, viven con una austeridad rayana en la cicatería y en ausencia de su madre Emily, castiga salvajemente a Alexander y lo envía a dormir a la buhardilla. Cuando Emily se entera rescata a su hijo.
El tío Isak, un judío amigo de la familia Ekdahl ve forma de secuestrar a los niños y los oculta en su hogar.
Una madrugada después de haber tenido una conversación en que el Obispo le muestra su faceta más débil, Emily que está embarazada, retorna a su hogar. Abandona a su esposo asumiendo todas sus consecuencias. Ese mismo amanecer un incendio quema parte de la casa del Obispo y él fallece. De regreso en casa, Fanny y Alexander recuperan su vida feliz, en un marco familiar de aceptación y cariño.
Hay escenas que provocan quiebres dentro del realismo de la obra, los que para un espectador pueden pasar como magia o simples inconsistencias, si los detecta.
Con mayor profundidad descubrimos que hay elementos muy lúdicos que parecen tomados del realismo mágico, como las apariciones del fallecido Oscar Ekdahl, que conversa con Alexander y otras veces con la abuela; cuando los niños son raptados están metidos en un arcón en primer piso de la casa del Obispo, el padrastro va a revisar el dormitorio y los niños están tendidos en el suelo como si de muñecos se tratase; la madrugada del incendio Alexander con Ismael (ser andrógino, encerrado por supuesta locura, aunque más bien parece que es porque tiene poderes excepcionales) visualizan cada detalle del incendio quedando en Alexander la sensación de haberlo provocado, pues esto materializaría el odio hacía el padrastro y su deseo que muriese; una vez en la casa Ekdahl, el Obispo aparece para golpearlo, pues no le perdona que no lo amase.
Pareciera que todo radica en que es Alexander quien relata la historia y sus fantasías lo llevan a mezclarlas con la realidad; o es una vez más nuestro Bergman que se salta los límites tiempo-espacio, vida-muerte y sitúa todo en un mismo plano racional. Para llegar a esta segunda conclusión debemos conocer más a fondo la obra de Bergman.
Es preciosa la capacidad de Bergman para ambientar, la casa rica y opulenta de los Ekdahl contrastándola con la austera vivienda del Obispo y la abigarrada tienda del tío Isak.
“Saraband”, 2004. Una Zarabanda es una danza, scharda, de 10 partes. La que se bailaba de a dos y se consideró erótica e indecorosa. Saraband está construida en 10 escenas y sus diálogos.
Los recuerdos que acechan a Marianne después de revisar fotos, la llevan a decidir visitar a su ex-esposo, Johan, de quien está separada hace 30 años. Son la misma pareja de Escenas de un matrimonio.
Este reencuentro que se percibe cariñoso, introduce a Marianne al sórdido mundo de relaciones de Johan con su hijo Enrik (que no es hijo de Marianne), y la nieta regalona de Johan, Karin.
Karin toca el violoncelo y desea estudiar para ser parte de una banda, pero su padre que se aferra a ella como lo único amable que existe en su vida, después de la muerte de su esposa Anna hace dos años, la manipula y fuerza a estudiar para ser solista, ella argumenta que no desea estar sola y por otra parte se siente culpable de abandonar a su padre. En realidad ambos tienen una tortuosa relación de incesto, ya que para Enrik, Karin debe reemplazar a Anna, como su mujer.
El abuelo hace lo imposible por separar a su hijo de la nieta, lo que pareciera ir en beneficio de la chica es en realidad una oscura venganza de este hombre solo, retorcido y dominante hacia su único hijo débil y fracasado, cuyos únicos éxitos que su padre no le perdona son haber sido amado por Anna y ser el padre de Karin.
La presencia de la ex-esposa facilita contar esta historia, lo que se da de una forma muy particular, los ambientes son minimalistas y en cada parte hay sólo dos personajes cuya fuerza actoral se hace presente en largos diálogos que no admiten a un espectador distraído.
Karin se marcha, Enrik trata de suicidarse y al saberlo Johan comenta “lo intentó, es un inútil, nada lo hace bien”. Una película fuerte y amarga donde lo fundamental es la lucha por el poder.
Propuesta para este mes: “Fanny y Alexander” véala varias veces.
Bibliografía
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