LATIDO
Eran varios los cuerpos
que latían.
Eran
hombres y mujeres
recortados en la aurora de los tiempos.
Vos y yo,
al costado de la ruta,
bebimos del árbol de la vida.
Mi cuerpo envuelto
por los rayos tibios de la tarde,
busca.
Es del mar, y del viento que lo rozan.
De la música, que lo habita.
Es, línea y fuga,
cuenco del amor.
Hermoso con la sutil profundidad de quien asume la vida como es...
ResponderEliminarFelicidades Alejandra Madormo.
Querida Ale, me encantó tu escrito. Beso
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