lunes, 24 de octubre de 2011

Oscar Alfonso Vera-Buenos Aires, Argentina/Octubre de 2011

Hojas secas de otoño

Hojas secas de otoño,  giraban en el alma.
arremolinadas,  parecían querer arrancarnos vestigios
de hermosas primaveras recorridas, rodaban,
arrebatándonos el tiempo  en cada rulo,
y las flores impolutas,  se deshacían como nubes
en el vertiginoso descenso, de nuestro amor,
ya en el ocaso, montañas de nieve,
 nos cubrían el alma, en el rojo atardecer
 de nuestras vidas, bajo un cielo sideral
 que iba sangrando, el viento era un sordo puñal,
 clavado en un corazón que yacía inoperante
ahí, sin lágrimas, mientras los dos nos ahogábamos,
 en hermosos recuerdos de primaveras,
en el sordo abanico de la noche ya muerta,
solo se escucha del corazón, su fuelle.

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