El bello durmiente
Ella, la princesa azul, lo besó para despertarlo .Cuando él se levantó de su largo letargo, se fueron juntos soñando. Otro mundo es posible, se decían, amándose las diferencias tan encantadoras. Un mundo en el que no sea necesario adormecer a otros. Un mundo en el que la violencia no imponga sometimientos aletargados. Un mundo en el que se prendan las luces de lo múltiple para iluminar el placer de los descubrimientos
La prosa poética de Cristina es hermosa: entra dentro del bum de lo "romántico imposible", ya que las princesas azules saben perfectamente que aunque despierten caballeros, es casi improbable que también puedan despertar sus luces, ja!
ResponderEliminarMil besos, Cris.
Lina
muy buen comentario lina
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