CLAVELES VIOLETAS
Buscó aire
desesperadamente.
Como aquella que por
su insomnio ,
espera ansiosa la
llegada del día.
Volvió a buscar aire,
no lo encontraba.
Solo encontró el alba
colado entre las
cortinas,
como un abanico de
luces
anunciando la mañana.
Con un estertor se
levantó bruscamente.
Cayeron sobre su
pálido rostro
y sus blancas canas,
las sondas que a la
vida la amarraban.
Como un pulpo de
brazos incoloros,
el color de la muerte
la abrazaba.
Cayó hacia atrás y la
almohada,
humedecida por sus últimas
lágrimas,
la recibió ya sin
aire,
la soportó ya sin
vida,
la percibió ya sin
alma.
……………………………………….
Algo me
despertó.Apreté el botón del reloj,
haciendo que las
agujas se iluminen.
Eran las cinco y
veinte ,
el mismo instante de
aquél día.
Treinta y siete años
han pasado,
de aquellas horas de
angustia,
de aquel minuto de
agonía,
de aquel segundo de
despedida.
Hoy compraré claveles
violetas
y se los llevaré a mi
madre.
Disfrutaremos los dos
en compañía.
Luis: qué sentido poema, estimado Luis. Un recuerdo que pernoctó en vos, porque ella -seguramente- te estaba pensando. Te abraza,
ResponderEliminarLeer tu poema fue como revivir esa situación que algunos ya pasamos.
ResponderEliminarAunque lo raro y maravilloso es que sin estar, nos acompañan siempre. Hermoso poema.