Sin perdón
Sonora y
cantarina la risa de los niños
envuelven como
ráfagas de fresco resplandor
camino ya sin
prisa, observo y me detengo
quiero que esa
dulzura
salpique mi
corazón.
Si hay algo en
esta vida que ansío y necesito
es que los niños
crezcan sin recibir dolor
que gocen del
respeto, cuidados necesarios
que se los ame
tanto como manda el Señor,
que no sufran ni
lloren por errores atroces
que cometen
adultos de extremada maldad.
Que perduren
conductas hijas del corazón,
que llegue la conciencia,
que respeten la vida
que no causen
pesar.
Que aquellos que
corrompen,
destruyen la
inocencia,
mantienen
situaciones rompientes de la paz
reciban un
castigo de forma contundente
porque se lo que
merecen con toda realidad.
Que no hallen
perdones, que se los repudie
Que vivan el
infierno de culpabilidad.
Mirta: a los que amamos a los niños, tu poesía conmoverá como a mí el corazón. Lina
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