Mis Nietos,
Solo sueños
En
un día no muy lejano, obviando mes y año, en una primavera esplendorosa, llena
de verde, de flores, de brotes asomando a la vida, entre pimpollos de rosas y
azahar, que perfumaban el ambiente de aromas y color, entre tanta belleza
natural, me encontraba en una casa de campo, en un día de exuberante claridad
provocada por un sol impoluto que trataba de hendir su luz por cuanto resquicio encontraba a su paso
hacia la tierra, por entre los gigantescos y enhiestos pinos, que me brindaban
una sombra acogedora bajo un cielo azul
imponente e infinito, donde solo se escuchaba el trinar de las aves canoras, y
el susurro del agua al filtrarse en la piscina, de pronto, irrumpieron como un
canto a la vida, mis nietos, iluminando el aire con su risa, con sus muecas,
con sus palabritas a medio terminar, que fueron un gorjeo para mis oídos al
escuchar la palabra, “ABU” ¿me llevas en bici.? ¿jugamos a las escondidas? vos
contás eh… u otras muchas que como un torbellino me lanzaban a quemarropa, y me pedían cosas que estaban
fuera de los carriles, lo que sus padres no aceptaban que transitasen (muy acertadamente) pero
entonces me convertí en el gran cómplice, y les permití todo a sabiendas que no
correspondía, fueron sus voces las que me enternecieron y estremecieron, sus
gestos, sus mimos tan espontáneos, tan puros, que traslucían la blancura de sus
almas y la pureza infinita, que tienen para regalar a todo el que tiene tamaña
suerte de poder compartir con ellos momentos tan gratos como este, y en esa
pureza inmaculada se refleja como el sol sobre el lago, es que veo, siento el
amor a través de mis nietitos que son dos angelitos a los que el niño Dios
acompaña y guía en su camino, talvez por celos se quedó con ellos.
Como
gráciles flores tempranas
de
una primavera llena de color
como
el sol que perfuma las mieses
doradas
de tiempo, de puro arrebol.
Van
mis nietos sonriéndole al viento
a
pura belleza que Dios les brindó
son
mis ojos, y mi luz, yo los veo
correr
mariposas, como una canción.
Correteando
por el prado verde
tan
llenos de gozo, verlos disfrutar
cual
aves canoras volando hacia el cielo
trepando
las nubes total libertad.
Por
que Dios es color, es amor,
y
su mano nos cubre de calma
es
la luz de mis ojos, mi Dios
Es
la brisa, el aire y el sol
que
perfuma a mis niños el alma
es
tu beso, sagrado señor.
Téngase
en cuenta que no tuve hijos
Hermoso relato ,uno que es abuela se siente identificado.Felicitacione Oscar .
ResponderEliminarHermoso Oscar! Muy profundo. Karen
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