martes, 24 de julio de 2012

Luis Siburu-Buenos Aires, Argentina/Julio de 2012

DENTRO DE CINCO DIAS…                        
…..cumpliré sesenta y ocho años.
Antes,
cuando estaba todo el día
en la fábrica o en la oficina,
el cumpleaños era un día especial
que te sacaba de la rutina del trabajo
y te hacía sentir alguien libre y feliz,
al menos por un solo día.
Ahora,
soy libre y feliz, todos los días.
Disfruto de las madrugadas
sin sueño, pero enhebrando poesías,
desayunos tardíos y las tostadas de mi esposa,
los almuerzos sin horarios  y  las siestas con películas.
Tardecitas interminables y  noches sin prisa.
Conversar con el verdulero, elegir la rúcula,
los morrones, la espinaca y la mandarina.
Quedarse largo rato observando
las vidrieras del barrio,  las revistas del kiosko,
al Oriental, preparando la parrilla de la esquina.
Darse cuenta que enfrente hay un vecino
y otro más y otro más , si doy vuelta a la manzana.
Gomería, peluquería, farmacia, cosas que antes no veía.
Hay para estudiar en talleres de pintura,
de violín, de yoga, de escritura.
Que no importa si está nublado, si hay sol,
o si de golpe se cae la lluvia,
que te olvidás si es martes o jueves,
que no necesitás pagar todo el día primero,
que podés recorrer el shopping
los días lunes, cuando nadie te tropieza,
cuando nadie te alucina.
Hoy disfruto de la libertad
de decir y hacer lo que mi mente imagina.
Por eso el próximo dos, yo no necesito torta y velitas,
ni regalos, ni saludos, ni visitas,
haré lo que se me ocurra pero siempre
con Lucía, a la que amo,
a la que aprendí en paz mejor a comprender,
acompañarla, necesitarla, sentirla a mi lado.
Y ese es el mejor obsequio que en septiembre
me dará la vida.
Apenas en pocas horas, dentro de cinco días.

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