lunes, 24 de septiembre de 2012

Ángela Jael-Buenos Aires, Argentina/Septiembre de 2012


El Ángel del espacio

Podríamos decir que todos los ángeles son del espacio. Porque se pasean, justamente, yendo y viniendo todo el tiempo por ese lugar. Pero, este angelito en especial, es algo así como un astronauta.Se llama Daniel y viste , en lugar de una túnica, un enterito azul y un casco inmenso en el que se divisan, apenas, sus bellos ojos oscuros.Daniel asiste a todos los cosmonautas y  permanece a su lado durante sus estadías en el espacio.
Cuentan que muchas veces los astronautas han creído ver inmensos ángeles que rodeaban sus naves .Ésta es la historia de uno de esos viajes .Los protagonistas son un jovencito ruso , Igor, y su perra, Jair.
Durante toda su infancia, Igor había soñado con viajar al espacio: a la Luna, a Marte, o a cualquier planeta por más lejano que fuese. Pero tuvo que esperar a ser mayor para poder tener la edad, los conocimientos y la experiencia necesaria para hacerlo.Se entrenó en una Escuela de Astronautas y en el Observatorio de Ciencias Cósmicas. Con él también lo hizo Jair, una perra muy inteligente y valiente que no se separaba de su lado.

Realizaron viajes sorprendentes, de reconocimiento de zonas espaciales, pasaron momentos de gran soledad alejados del planeta Tierra.
Justamente en una de esas travesías conocieron a Daniel.
Estaba Igor navegando cerca de Marte cuando presintió que había un problema. Jair con la mirada, le indicó que sabía de qué se trataba. El joven pensó que era el final. No podía encontrar el motivo de su incomunicación con la base de su país y sintió el silencio y la soledad más total. Divisó a través de los vidrios de la nave,algo extraño que le hacía señas del otro lado.
¡Qué es esto ?¿ Acaso ya he muerto y estoy en el cielo ?. No podía creer lo que estaba viendo: un pequeño con traje espacial y alas...como un ángel. ¿Estaba delirando ?. Pero no, el angelito golpeaba el vidrio y le hacía señas para que lo siguiera .Igor, que estaba ya dispuesto a todo, no podía razonar bien y creyó que no tenía muchas alternativas. Lo siguió y ( después agradecería haberlo hecho ) pudo ser testigo de un espéctaculo celestial, increíble y majestuoso.
La visión fue inenarrable. Luces muy, muy brillantes, de todos colores. Yentre ellas...¿ ángeles ?. Sí, parecían ´´angeles de todos los tamaños que danzaban al son de una música inigualable, de otros mundos.
Cuentan que Igor y Jair regresaron sanos y salvos a su país. Y que los científicos y técnicos que los seguían desde la base nunca supieron de un desperfecto de la nave. Igor, a veces, cree que soñó o que el cansancio le jugó una mala pasada.
Había vivido una experiencia que no podría olvidar y que pocos reconocerían como cierta: había estado cerca del cielo y había visto a los ángeles.


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