jueves, 22 de noviembre de 2012

Silvia Loustau-Mar del Plata, Provincia de Buenos Aires, Argentina/Noviembre de 2012

El día  que tocamos el  alba
17/XI/72

Latiguillos de lluvia. Caricia húmeda.
 La  Esperanza. La sangre derramada. Gritos clandestinos se irguieron, aquella mañana desde el fondo arenoso del río.
   En la corriente oscura descubrí espacios floreados. Azul Prusia. Dentro de ellos titilaba el rostro de una Mujer. La de los cabellos de  trigo y la rebelión como bandera.
  Corriente arrastradota. Vi jardines de fresias  y junquillos .Ojos insondables en la  senda del agua.
  Como ramas embozadas violamos la corriente arrastradora. Cómo héroes cotidianos penetrábamos el agua.
  Silbaban la Marchita. Sonaba  chispeante. Lengua del Pueblo.
 Empieza un tiempo nuevo – decían algunos.
Los cadáveres  serán de azúcar, ahora- decían otros.
Se elevan  estrellas federales. Rojo. Fuego.
Olerán a gloria.
Silencio.
Estampidos.
Balas acribillaron la lluvia.
Escondida entre ellos, la  Sombra, sentada sobre una banca tallada en huesos, afilaba su facón.
Silbaba bajito    la Sombra. Chispas de fogatas oscurecidas la apañaban.
Alto transitaban nubes- A deshora transitaban.
Subió alto la alegría del Pueblo.
La  Rosa de los Vientos esparció semillas de alimento místico.
Tocamos el alba- pensábamos.
Regresamos lento. Sin darnos vuelta.
La Sombra afilaba cuchillos verijeros. Dagas. Facones
No sentimos que nos   marcaba con sus ojos.
Tarde era cuando del sueño la huesuda nos despertó

De Mariposas Rojas Mariposas Negras


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