HUELLAS
DE AMOR
Dejó que la lluvia mojara su ropa,
hasta llegar impertinente a su piel,
y el recuerdo de los sentidos agonizantes,
se refrescaron y renovaron,
envolviendo totalmente
con caricias etéreas a
su erguido cuerpo,
…tan solo por amarlo a él.
Las gotas, insolentes y curiosas
se deslizaban de su cabeza a sus pies,
recorriendo las huellas
que él dibujó para siempre,
ese primer encuentro asombroso,
en que conocieron sus almas la desnudez.
Por más que mojaba la lluvia
y la distancia ahondaba esbeltez,
elevó su mirada al cielo
para ver por miles y miles
las bailarinas gotas caer.
Y les dijo: que esas ¡sus huellas!
que recorrían húmedas y transparentes,
alocadas y provocativamente,
él pronto
las dibujaría de nuevo,
y volverían a ser cálidas, sabrosas,
apetecidas y dulces como la miel….
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