Destino
No te vi crecer.
creciste en un pliegue
creciste en un pliegue
de mi piel.
Tampoco naciste
de mí,
ya estabas
dentro.
No te busqué
ni con la mirada
ni con la voz.
No te conocía.
Llegaste girando
Llegaste girando
en tu propio
tiempo
y mis manos se
abrieron
para acunarte
no sea cosa que
te fueses a volar.
No quería que te
volases
y te inventé un
espacio
y un tiempo.
Una campaña
para que la
hicieras tañir
y un muñeco de
trapo
para que lo
abrazaras
y le cantaras
canciones.
Hasta a los
árboles
les cantabas
y les crecían
pájaros.
Eras más que el
mundo vegetal,
un paisaje árido
con una sola flor
respalndesciente.
Eso solo bastaba
para salvarte.
Pero no querías
y un día
abriste los
brazos como alas,
alas de cóndor
y te fuiste
luminoso
con la convicción
de lo
irrefutable.
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