LA
BATALLA POR
EL PODER
¿Hasta dónde vamos a llegar? Andamos gastando recursos buscando
vida en otros planetas ¿para qué, para habitarlo después de habernos cargado
este?
¿No habrá nadie en este planeta con un mínimo de sentido común?,
alguien capaz de tumbar estas leyes y entender que de seguir así nuestros
hijos, nietos y próximas generaciones, y aquí quedan incluidas las de aquellos
que firman estas absurdas leyes, no podrán disfrutar de hermosos paisajes
naturales, como los que afortunadamente hoy, o mejor dicho ayer, teníamos.
Si se nos agota la fuente de oxígeno, ¿qué esperan, generarlo
artificialmente? Pues no pensemos que es una tontería, que ya habrá alguien
preparando el diseño. El ser humano es capaz de encontrar soluciones a
problemas inexistentes, pero ya veis una simple cerrilla es suficiente para
tener ese problema que necesitábamos y además pasar a la historia como un
héroe.
Si nos quedamos sin cultivos, ¿los sacamos de la chistera? hoy un
tomate, mañana una zanahoria… Si los cultivos se extinguen, los vegetarianos no
les quedará otra que comer carne, pero si los animales no tienen que comer,
adiós animales, ¿que nos quedará? ¿convertirnos en caníbales, comernos los unos
a los otros? ahhh no, que para entonces habremos encontrado vida en otro
planeta y ya tendremos a quién robar.
¿Realmente se necesitan tantas casas? si la población está
envejeciendo ¿qué pasará con todas las casas que quedan libres de aquellos que
nos dejan? Pueblos cada vez con más casas vacías, esperando con los brazos
abiertos recobrar vida. Es curioso, arden campos para ser recalificarlos,
quedan a la espera de que alguien tenga la genial idea de construir lo nunca
visto, mientras los pueblos se van quedando desiertos ante la desviada mirada
de todos.
Si la naturaleza hizo que ahí creciera un bosque, que los árboles
hagan sombra en las laderas de los ríos, que en lo alto de la montaña no
hubieran casas, ¿por qué ese empeño en ir a la contra? Luego pasa que vienen derrumbes,
corrimientos, inundaciones que arrasan con todo lo que se ponga a su paso y
entonces vienen las lamentaciones, pobrecitos, que pena, que pena. Se extiende
la mano y se pide de ese saco que nunca terminara de llenarse. Todo porque un
día su fondo se rompió y hoy nadie se atreve a coserlo: por miedo. Miedo o
extender un día el brazo y que no le caiga lo que no se merece. Eso sí que es
pena. Porque el sastre que lo hiciera, sería el verdadero héroe de la historia.
En cuanto empiecen a escasear necesidades básicas, se despertará
ese instinto animal de supervivencia que llevamos dentro, volviéndonos más
agresivos, saltando las normas… seguro que habrá algunos que preferirán estar
en la cárcel sabiendo que les dan cobijo y alimento gratis. Total, mientras
haya otros que se dejen la vida con el sudor de su frente para ir llenando ese
saco roto. ¿Por qué no darles una buena terapia? Con un poco de suerte, yo creo
que volviendo a repoblar todo lo que ha sido quemado, se les quitará las ganas
de volver a hacerlo otra vez.
Todavía hay gente que sigue teniendo sed de poder y hambre de
control. No se dan cuenta que son batallas perdidas. La Naturaleza tiene el
poder absoluto y las Leyes del Universo el control absoluto de todo. ¿Por qué
ese empeño de ir en contra y no caminar a su lado?
Todo esto parece muy drástico, de película de ciencia ficción y
que nunca va a llegar, claro ¡como todavía quedan tantos bosques! La suerte es
que ni tu ni yo a lo mejor lo vamos a ver, pero si nuestra descendencia. ¿Esto
es lo que desea la gente que hace estas leyes? Dejar una herencia de miles de
hectáreas de terreno, cuentas repletas de dinero, ¿para qué? Ahhh si, que como
ya tendremos localizado otro planeta, pues serán los que puedan irse a él,
porque en este ya será imposible vivir.
Para bien o para mal yo no creo en la reencarnación. Pero que se
preparen los que sí, porque a este paso la cosa pinta mal, muy mal. Si vuelves
a esta vida y te preguntan en que te quieres reencarnar, opta por un cohete. Será
la única vía que te permita salir de este planeta muerto y llegar al nuevo. Por
qué preocuparnos de invasiones ajenas, si ya nos habremos preparado para ser
los mejores invasores. Además, contar con que ese planeta, ya se habrán
asegurado algunos de firmar una Ley de Inmigración apta solo para los elegidos.
La pena es que a lo mejor, para entonces, ya no habrá nadie que pilote ni viaje
en ese cohete.
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