AQUÍ ME QUEDO
Para que no expire el día
ni se escurra la palabra entre los dientes
habrá que poner diques y muros
dejar que el balanceo de una rama
habite en nuestro seno.
Caminar hacia otra orilla
donde los helechos crecen indiferentes
donde un riachuelo canta
sus canciones sencillas
a coro con el viento
dejando entre las hojas
un beso de rumores peregrinos.
Es aquí donde las aves pasan
y se quedan para siempre
donde el vuelo se alza impenitente
contrariando a los ecos que se elevan
y caen temblorosos y vencidos.
Apenas un murmullo de voces de otras horas
aromas de uvas y sarmiento
de espuma embravecida
de un otoño que viene de regreso.
Es hora de partir y aquí me quedo.
ni se escurra la palabra entre los dientes
habrá que poner diques y muros
dejar que el balanceo de una rama
habite en nuestro seno.
Caminar hacia otra orilla
donde los helechos crecen indiferentes
donde un riachuelo canta
sus canciones sencillas
a coro con el viento
dejando entre las hojas
un beso de rumores peregrinos.
Es aquí donde las aves pasan
y se quedan para siempre
donde el vuelo se alza impenitente
contrariando a los ecos que se elevan
y caen temblorosos y vencidos.
Apenas un murmullo de voces de otras horas
aromas de uvas y sarmiento
de espuma embravecida
de un otoño que viene de regreso.
Es hora de partir y aquí me quedo.
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