sábado, 21 de mayo de 2016

Oscar Andrés Torres- Zipaquirá, Colombia/Mayo de 2016




 Amanecer con la panza mordida de vacío


Amanecer con la panza mordida de vacío,
pensando en el indescriptible sabor de un tamal
¿hace cuánto ni un tinto
y el humo apagado de una colilla de marlboro?
La nevera, la alacena,
abastecida de arena y tierra
se consiguen disipar en el intento propio de la especie
La nada busca
nada encuentra
y debajo de su puerta ejércitos de cuentas
a la espera de su portador
Se sonríe y su cabeza rasca
intentando conjurar una idea,
la solución expresa,
definitiva a los tormentos materiales
de su condición de hombre responsable
Se rasca, se sonríe, pega un salto,
se acurruca, toma el diario
y relame las marcas de trabajos rechazados
Ha ejercido por mucho tiempo y con dignidad
la excelente labor de desempleado
Qué más importa en el mundo del deja vu,
qué importa en el trance de la ciudad incierta,
Obligada,
Manipuladora
Qué importa
Abre la ventana,
Respira hondo la inmundicia
-Día duro, pero sin miedo-

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