jueves, 21 de julio de 2016

Pedro Decker Sánchez-Guayaquil, Ecuador/Julio de 2016

                                                                  AMANTES

Una tarde entrada la tarde,  basado en la confianza y el despiste;
Las pasiones bochornosas pasan el recodo de una encrucijada,
A distancias se perciben ladridos de perros que aullan a horcajadas
Son las traiciones que arrastran a los amantes hacia sus escondites.

Miraba corriendo sin comprender a una sombra inferior;
Recordaba que recién había muerto un familiar querido,
La gente comentaba en carne propia con respecto a lo ocurrido
Y un temor recorre el cuerpo al pensar en lo anterior.

¿Cómo será allá arriba en las manos del juez supremo?
Un escalofrío golpea el pensamiento vano con ideales que aunan,
Y ocupo el espacio que usan los amantes para contemplar la luna
Los oídos y la adrenalina momentanea hacen desaparecer los ruídos extremos.

Al aprovechar la obscuridad escucho fraguar traiciones y despilfarrar fortunas;
comentarios irresolutos al espacio reducido que no tiene miedo,
De los amantes que desafian principios y concluyen en enredos
La ciencia del grande arte es pecar y mentir, un resultado que abruma.

Sin querer me encuentro ocupado de un temor ocioso;
puesto que los nervios no sienten nada, es el espíritu solamente,
pienso en inconstantes trampas rebeldes e impacientes
Nada que impida para comparar al pensamiento presuroso.

Juzgando a los amantes como locos, mentirosos y siniestros;
Siempre aparecen por naturaleza de intereses adversos
Y se ensañan con sentimientos protervos de males diversos,
Trampeando corazones  de sencillos huertos con tapujos encubiertos.

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