Esta Noche No
Esta noche, correré la cortina de tu recuerdo.
Cual gigante de fuego donde el alma se ahoga,
en torbellinos grises, pasionales de tantos secretos-
Quemando del mismo tiempo; las quedadas horas.
Donde fui sólo tu amante, amándote beso a beso,
donde el olvido; tu imagen en destellos la atesora.
Sobre los balcones ocultos polvorientos del tiempo,
primaveras dolientes que el otoño vuelve y las deshoja.
Néctar dulce de tus labios en mi boca descendiendo
como se quiebran de nostalgias tu ausencia, a solas-
Arrasando de la noche su vestido en claridades negras.
Ir aprisa en paso lento; dejando mis besos en tu boca,
esta noche, en la tibieza escondida de los luceros,
en tu mente seré huella, en mi locura; se volvió loca
Diadema brillante fueron tus ojos, luz del universo.
Esta noche,
seré sólo el silencio, que en silencio vuelve y te nombra.
Cual gigante de fuego donde el alma se ahoga,
en torbellinos grises, pasionales de tantos secretos-
Quemando del mismo tiempo; las quedadas horas.
Donde fui sólo tu amante, amándote beso a beso,
donde el olvido; tu imagen en destellos la atesora.
Sobre los balcones ocultos polvorientos del tiempo,
primaveras dolientes que el otoño vuelve y las deshoja.
Néctar dulce de tus labios en mi boca descendiendo
como se quiebran de nostalgias tu ausencia, a solas-
Arrasando de la noche su vestido en claridades negras.
Ir aprisa en paso lento; dejando mis besos en tu boca,
esta noche, en la tibieza escondida de los luceros,
en tu mente seré huella, en mi locura; se volvió loca
Diadema brillante fueron tus ojos, luz del universo.
Esta noche,
seré sólo el silencio, que en silencio vuelve y te nombra.
Son muchos los poetas que escriben poemas pero son pocos los que tocan el corazón y los sentimientos como la poetisa Zuleika Merced. A través de sus poesías uno se traslada a diferentes mundos y universos. Dios le ha dado un don especial que ella comparte con el mundo. Es un honor tener la oportunidad de leer sus obras.
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