lunes, 22 de agosto de 2016

Isidoro Gómez Montenegro/Agosto de 2016



Mar de confusión

Piedras preciosas…
agua diáfana, prístina
Horadada piel.
Sal pura…
líquidos labios desesperados
en sombras de ausencias;
algas hundidas en el infinito.
Piel de estatua…
con fondo… forma.
Desentrañan voces los sueños;
te cubren.
Agua…
pervive diluida sobre tu vientre y
nueve mariposas.
Macilenta luz ámbar…
en barco persigo el
vociferante mar;
derramado en silencio…
sobre tu playa.
Sol a la espera de la noche…
noche a la espera de la aurora:
cristalinos sabores
de durazno… de luna.
Espuma, día, viento al cosmos
temblor de días, luz violeta,
sugestiva, de procaz penumbra.
Deseo recobrar perfumados colores,
centenarias alboradas,
esculpirlas en la silueta de tu cuerpo.
Se estremece cada día lo inefable.
Imagen sin silencio…
bebe ausencias lejanas.
El olvido huele a mar,
madera blanda,
mañana despertaras…
despacio.
Cubro con lienzo blanco los recuerdos,
el tiempo, el sabor de labios,
voces infinitas.
Piedras… dejan huella
en tus sóleos cansados.
Pecaminosa luz violeta
permite vernos en este;
¡Mar de confusión!



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