martes, 22 de agosto de 2017

Edith Amieiro-Argentina/Agosto de 2017



LOS DUENDES Y LA LUNA

                                                                            
En un lejano lugar,
De un país, de no sé dónde,
Viven  entre la arboleda,
Unos pequeñitos hombres.
Calzan suecos de madera
Y sombreritos de lana;
Tienen los ojos muy pícaros
Y lucen tupida barba.
Por las noches  las luciérnagas
Iluminan el gran cielo,
Como estrellas desprendidas,
Que están  muy cerca del suelo.
Las casitas del lugar,
Con sus grandes chimeneas,
Tienen hermosos jardines,
Con flores de nácar perla.
En un día de sol pleno,
Llegó  una joven mujer
Con lágrimas en los ojos,
Que los hizo estremecer.
Y les cuenta que su boda,
Está pronta a acontecer
Y no tiene  un vestido,
Que ella se pueda poner.
Los duendecitos la escuchan
Y conmovidos prometen,
Entretejer hilos de oro
Sobre una tela celeste.
La luna  que todo mira,
Decide colaborar y envía
Un rayo plateado,
Para poderla  adornar.
Llega  el día de la boda
Y ella luce muy hermosa;
En su cabello ondulado,
La luna pone una joya.
Hay finos hilos dorados
Sobre su traje de novia,
Que es celeste  como el cielo,
Cuando se marcha la aurora.
El novio está emocionado,
La mira con gran ternura;
En tanto los duendecillos
Se hacen guiños con la luna.
Y colorín  colorado, esta historia
Ha terminado y tiene un final feliz,
Como tú lo has esperado
Del libro ”CUENTOS PARA NIÑOS”
Dedicado a mi abuela Eleonor.

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