lunes, 22 de octubre de 2018

Antonio Gómez Hueso- España/octubre de 2018


elogio de mi camello




Mi camello, relámpago de oro y seda,
el más bello presente que Alá me hiciera,
no pregunta, pues nada sabe,
no protesta, pues nada espera;
sólo tiene corazón de viejo amigo alado,
confidente único de penas y quimeras.

Mi camello, latido de voluntad,
avanza con su alma liviana,
destrozando espejismos satánicos,
pisando a los espíritus malvados
que huyen por angostas grietas,
alertando a los escorpiones dorados,
esperanza de esta confusa tierra.

Si te monta el pirata infiel,
revuélvete y lánzalo contra las mimosas;
si te hiere el mercader traidor,
piérdelo detrás del horizonte;
si te maltrata el arpío guerrero,
balancéalo en batalla hasta que lo mueran.

Material del viento,
tiene vuelo, y no es ave,
compasión, y no es hombre,
y una cierta felicidad
al llegar la tarde.

Mi camello, pozo de paz y sal,
sufriremos extraviados por los remolinos,
descansaremos juntos en medio del oasis,
moriremos encontrados en cualquier camino.

Yo quiero su compañía también
en el jardín eterno de Alá.


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