Fractales
entre oscuros rojos en mares de zanjas
con el pecho helado entre
soles negros
la luz no se esconde detrás
de los ojos.
Miles de millones renaciendo en aspas
libres los jirones
vivos los pedazos
las venas templadas
libertad inquieta en cada mirada
como el agua misma…
agua… agua… agua…
que limpie las almas de los mal paridos
si es que tienen alma, extirpe su saña.
Recobradas todas
recién enterradas tornadas semillas
de frutos, de flores.
Una sola gota,
la primera lágrima de la más pequeña,
y de la más ingenua
la primera risa hecha carcajada
nos vuelve vitales
recreación eterna
de hijas, de abuelas, de hermanas y madres.
Somos todas plenas.
Somos todas libres.
Las palabras, valen.
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