AMOR VERDADERO
tropiezo y me detengo
sintiendo aún tu presencia,
palabras llenas de amor
que aún me turban y me entristecen.
No tenemos, te digo,
más que al buen padre Dios,
lo demás son ficciones,
como el tiempo, que no es nada.
El temor nos abruma,
en el que hemos ensayado
desde que nacimos,
inacabable
de la luz que no da sombra.
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