Imagen: Lauri Blank-Pintora
Estados Unidos
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Tibio
rocío en los mastrantos...
Baja la niebla en tibio rocío
en la humedad del recién brotado mastranto
aún quedan huellas de tu paso,
alazán de mis querencias.
Mañana
silenciosa; donde la nostalgia
pintaba visos color del alba.
Donde dos almas; se caminaban el sueño
dormido,
entre el fuerte aroma del caoba
y la mirada curiosa de una callada gaviota.
pintaba visos color del alba.
Donde dos almas; se caminaban el sueño
dormido,
entre el fuerte aroma del caoba
y la mirada curiosa de una callada gaviota.
Nos
cabalgamos la vida en aquellos mastrantales,
abrimos surcos de gloria, entre raíz y la tierra.
abrimos surcos de gloria, entre raíz y la tierra.
Me
lazaste con firmeza a tus brazos como ramas,
se me enredaron los tiempos en el verdor
de tus ojos, presos dentro de los míos.
se me enredaron los tiempos en el verdor
de tus ojos, presos dentro de los míos.
Se
fue oscureciendo la noche y la voz de la sabana
danzaba con los cocuyos haciendo ronda al bucare.
danzaba con los cocuyos haciendo ronda al bucare.
Y
floreció la artemisa bajo el ardor de mi cuerpo...
Y aun cuando la ausencia viene silbando tonadas
de despedidas,
siguen tus huellas tatuadas...
Y aun cuando la ausencia viene silbando tonadas
de despedidas,
siguen tus huellas tatuadas...
En
el brote del mastranto en la flor de la artemisa.
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