Obra pictórica de Patricia Perrier |
CREER
Uno se cree que puede.
El día se encarga,s olo,
sin ayuda,
a dar las sentencias.
Unos días son largas esperas pegajosas;
otros, interminables decepciones.
Siempre, el desconcierto.
En el mejor de los casos,
se tropieza con milagros,
imperceptibles,
sorpresivos,
un encuentro, una revelación.
Se deshace un nudo coagulado...
Uno se cree que pisa firme.
Ningún espejo devela las escaras del alma.
Nadie confiesa que se fue descascarando
como piel de cebolla
en cada amanecer, en cada duelo, en cada amor.
Y ... cuando se llega a la solución del teorema...
Lo imprevisto.
Tomado del Grupo Literarte de Facebook
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