Dos
cuerpos
Los
encontré helados de frío tiritando
en
la noche lluviosa patética
en
el refugio de un zaguán cubiertos de harapos
Los
encontré en la mañana de niebla
limpiando
vidrios en calles peligrosas
dos
cuerpitos rogando una moneda
Los
encontré ofreciendo flores
frente
a coches suntuosos
Los
encontré sin saber que de mi alma
ya
nunca se borrarían... heridas latientes
Con
manos unidas mi voz tiritaba una oración
y
helada me preguntaba por qué
Los encontré comiendo migajas
de manos de un patrañero maestro siniestro
Siniestra
calle de corrupción camino al desvío
De
la imagen de la justicia la
balanza cayó
De
sus manos pájaros heridos
caen
al abismo como mi corazón
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