Anónimo encontrado
en un tachito
Quien mejor se
encuarentene mejor encuarentendedor será. ¿Querés encuarentenarte conmigo?
Tengo tele y wincofón y morfi como para una cinquentena. Es que de cuarenta en
cuarenta seguiremos (según Alessandro Baricco) viviendo, el medio siglo que nos
queda, antes del patapuf final... Los meses pasarán a tener cuarenta días para
hacer más simples las cosas, eso lo doy por hecho. ¡Hasta que alguno se harte,
y cante las cuarenta! E irá derechito al manicomio o al cementerio.
Pero ojo, sería conveniente,
que se vayan cambiando las parejas cuarenteneras, como en el Pericón Nacional
(¿viste?), porque si no florecerán aún más los feminicidios, los hombrilicidios
y los niñicidios (dios me libre y guarde). Yo diría, además, que para favorecer
la necesaria y sana alimentación, a cada crestiano (o hereje, no viene al caso)
le toque un Orto (lo digo en italiano porque queda más fino, y siempre con
perdón de la palabra). Pues ésta es la ley primera, como dijera don Dionisio (y
Afrodita al toque, dignificó).
Yo pienso sobre
todo en los derechos de los niños, porque me siento como de nueve. Cuando
llegue a los diez, ya me voy a sentir más grande me dijo mi mamá, y por ahí
pienso distinto. He dicho.
(Ahora meto esta hoja en el tarro de Nesquik, y lo revoleo por el
balcón. A ver si la emboco, y lo lee alguien antes de la próxima peste...).
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