EL PARAÍSO DE LAS HORAS
En el paraíso de las horas me
encuentro, entre lo onírico y lo real, allí donde los sueños son alcanzables, y
el “realismo mágico” de Gabriel García Márquez se hace patente. Su idiosincrasia
lo distingue en la cúspide del “boom” literario, que marcó historia, y que
supuso un impacto cultural en la década de 1960 al despertar el interés mundial
por la literatura latinoamericana. Es tal su trascendencia que aún quedan
reminiscencias en la estructura de la literatura actual. Rodeada de los grandes
titanes de las letras, me dejo guiar por ellos y, de la mano de Julio Cortázar,
me adentro en el bosque del olvido para rescatar todo aquello que el tiempo volvió
imperecedero y que me trae a la memoria, fuente de inspiración inagotable, su
gran obra maestra: “Rayuela”. Cortázar, al igual que Jorge Luis Borges, cultiva
el “cuento fantástico” y en sus relatos breves ahonda en el enigma, que puede
encerrar lo cotidiano, en un intento de encontrar el sentido profundo de lo
real. Incansable en su afán innovador, da cuenta de ello con su estilo
peculiar, con lo que consigue alejarse de las creencias y rutinas establecidas.
A su sensibilidad artística se une su marcada preocupación social. Yo me dejo
llevar a esos mundos, en los que Neruda me susurra al oído las palabras de amor
que nunca caerán al abismo porque son el sustento de nuestras vidas, y me
rescatará de posibles naufragios, que ellos ya vivieron, pero a los que
resultan incólumes. Proseguí mi andadura junto a los mexicanos Juan Rulfo y
Carlos Fuentes, pertenecientes ambos al “boom” mencionado. Asida a sus manos
arribé a un nuevo sueño que apacigua las tormentas y me sumerge en hermosos
arrecifes. Carlos Fuentes diría que “el llamado Boom, en realidad, es el
resultado de cuatro siglos, literariamente, llegado a un momento de urgencia en
que la ficción se convirtió en la manera de organizar las lecciones del
pasado”. Cuando me hallaba perdida en el mar de las horas una brisa me acarició
en el fulgor de la noche y volví a ser rescatada por Mario Vargas Llosa, el
autor más joven de este movimiento, quien describe con maestría la sociedad
peruana e intenta ahondar en el conocimiento del ser humano para tratar de comprender
los diferentes hechos históricos y culturales. Todos ellos “nos mostraron
caminos literarios completamente nuevos, y no para seguirlos por el mismo
sendero, sino para buscar salidas nuevas en cualquier encrucijada”, palabras
sabias de Héctor Abad Faciolince.
tomado del blog de Asolapo Argentina
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