Postales
Adolece la vida.
Rodríguez Peña posee una casa, que ya no es.
Allí, en cimientos invisibles se detuvo la presencia.
Un ayer nos trae ecos dormidos.
Nuestro tiempo de risas, secretos y vivencias.
Pisadas eternas. Siluetas. Fotos. Momentos.
Asoman inocentes:
La bicicleta en la bajadita.
La cinta gastada de tanto ir y venir del grabador antiguo.
Nuestras voces junto a la guitarra criolla.
La escuela de Fleming que ya no es lo que fue.
Ya no se inunda. Ya no están ciertas sombras.
Hasta el patio quedó pequeño arrancando pasado y juego.
Discos que ya no giran en el tocadiscos con la música de moda.
Un teléfono que se cansó de buscar destinos.
Los días escribieron palabras de tiempos y destiempos.
Y aún así, nosotras, que ya no somos aquellas.
Que ya no pertenecemos al barrio.
Que acunamos leyendas abrazando pasado.
Seguimos caminando juntas
Bajo la amistad del renacer.
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