HAN ENMUDECIDO LOS POETAS.
A Rafael Alberti, que caminó las calles de Villa del Totoral,
con su poesía luminosa.
Han silenciado los clarines
los sonoros vientos.
Han callado su canto jubiloso
los pájaros de octubre.
El mar ha claudicado.
Sus legiones enlutadas,
han rendido las banderas
de agua y nácar.
El último
de los poeta-nautas
ha detenido
el vértigo agitado.
De pasos desterrados,
de años combatientes…
El viejo marinero
gaditano,
ha regresado
a la salitrosa
matriz oceánica.
Rafael Albertí ha muerto.
Con él,
se han ido
los fantasmas
de la España
en llamas.
Los militantes
y los milicianos
Los monos azules,
los caballos verdes.
Las arboledas
perdidas,
del Madrid
ensangrentado.
Ha muerto
el poeta de la calle,
de las trincheras,
de la vida.
Definitivamente,
con él,
se han ido todos.
Tomado del Grupo Literarte de Facebook
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