viernes, 20 de mayo de 2022

María Constanza López Arias/Mayo de 2022


 

Por toda la casa 

 

 

La casa vibra hago un paso a la derecha y mi pie choca con el juguete ese rugoso y brillante miro y hay un sin fin de lápices sobre el suelo casi de todos colores ahuyentando a la suegra y de repente el perro aparece con algo en la boca y entonces el bebé llora y esa alfombra liviana y los autitos que permanecen casi encendidos, y las paredes escritas y mis ojos que caen y se apagan ¿que hago? Si apenas son deseos suicidas que circulan en el torrente y las ganas de ser en otro tiempo se acumulan en la eyección de leche que casi es permanente y el bebé lo huele es un animal en celo y el perro también aparece como presa al acecho y entonces los pechos están disponibles y otra vez llora y se ven y me veo lastimada y roja el alma que desborda casi amargura y el bebé corre tanto y con tanta fuerza que apenas sale mi voz y sigue corriendo y ese límite fino aparece una y otra vez ya no hay espacio y apenas respiro.  Y se escucha un sonido casi quedándose sin batería se pierde en el fondo de la escena y las cajas llenas de no sé qué pero llenas y entonces en la cocina hay humo mucho humo y voy con los ojos que caen en el camino resbalo con algo pegajoso y veo las cosas desde otra perspectiva y el perro está ahora en la cocina y el bebé lo persigue con algo en la mano y las cartas otra vez en el suelo y algo de ropa en una esquina y la comida se pasa y se pasa la vida y suspiro y siento que algo se rompe y se quiebra. ¿Suena  el timbre abro y me pregunta cómo están? Estamos bien.

 

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