ODA A LAS CROQUETAS DE CARNE
Las croquetas de carne
Receta que recibí como legado
De mi suegra, antes de morir.
Plato preferido de mi marido,
Que le regalo cada cumpleaños.
En una cacerola con agua y sal gruesa,
Coloco a hervir un hermoso trozo de roast beef,
Veo nadar la carne en el hervor del agua,
Como aquel día de nuestra juventud en que
Nuestros cuerpos, bullían sumergidos, en nuestra caldera.
Se desangra, …rojo como la rosa que me arrancaste,
Con tus dientes ávidos de mi boca en éxtasis.
Extraigo del agua la carne ya cocida,
Espero que se entibie, antes de continuar.
Pienso, así se entibian los abrazos, los recuerdos
Del ayer irrecuperable.
Mi suegra me decía: ahora es más fácil,
Tenés procesadora.
Antes hijita se cortaba a mano.
Imagino la hoja filosa y reluciente del cuchillo,
Deslizarse, adentrándose en las entrañas del dolor ,
Cuando se termina, lo que nos juraron que sería eterno.
Corto en trozos el roast beef hervido ,
Y lo muelo en la minipimer.
Las cuchillas giran con la velocidad del viento,
Castigando nuestros cuerpos desnudos en la playa
Hundiéndonos en la arena húmeda, tragándonos…
Quito la carne molida de la procesadora,
Agrego sal y leche hasta lograr una pasta consistente.
Amorfa como el silencio que precedía nuestros orgasmos
Con nuestras bocas resecas y mis lágrimas mezclándose,
Mientras pico una cebolla grande, para verterla en la sartén que luce
Un pedazo generoso de manteca, para que se revuelque
La cebolla hasta que esté transparente y brillante,
Como el sol que entra por la ventana de la cocina.
Vierto la pasta en la sartén, con dos cucharadas de harina.
Rehogo los elementos y los coloco en un bol.
Rayo una nuez moscada,
Las yemas de mis dedos sienten el mismo dolor
Cuando te buscan inútilmente en el hueco de tu vacío.
Mezclo la preparación y la llevo a la heladera.
Mañana continuaré…
Los sabores deben impreganarse, igual que la arena áspera
En nuestro paladar y los olores inconfundibles del placer.
Me levanto temprano a la mañana siguiente,
Con los párpados pesados,
Después de una noche de insomnio.
Abro la heladera y saco la preparación.
Verifico la solidez, agrego leche si está muy seca,
Obteniendo la consistencia justa para moldear
En mis manos, las croquetas,
Como la caricia húmeda y sensual de tu mano
Recorriendo mi cuerpo joven.
Me sirvo un café, enciendo un cigarrillo
Y sobre la mesa de la cocina me esperan
Un plato con harina, otro con cuatro huevos batidos
Y otro con pan rayado.
En una fuente voy apilando las croquetas y contándolas,
Pasándolas primero por harina, luego huevo y pan rayado después.
Para no hacer esta tarea tan penosa, me acompaño
Cantando “Caminante, no hay camino, se hace camino al andar…”
Y así , añorando nuestro amor, y la balada de Serrat y Machado,
Logro treinta croquetas con un kilo y medio de carne.
Las frío en aceite caliente,
Un año más…
Recuerdo como una noche de verano
Corríamos descalzos por la playa,
Y las olas nos iban vistiendo y desvistiendo
Acariciando nuestra desnudez.
Te miro sentado frente a mí,
La mesa puesta, las croquetas en la fuente,
El vino añejo para brindar
Y por causa de estas croquetas, todo el ayer
Se desliza hoy como la arena entre los dedos
De mi mano.
Ya no hay camino,
Sólo croquetas.
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