miércoles, 14 de diciembre de 2022

Diego Sampedro Mejía, 24 años-Colombia/Diciembre 2022


Sobre el antiguo y abarrotado escritorio de mi infancia me observé como a través de un microscopio sofisticado, el cual tenía un aceramiento tan increíble que literalmente pude observar mis células [nótese que las células se consideran fuentes de vida, ya que estas realizan lo relacionado con la fuerza innata que impulsan los elementos más básicos para la supervivencia, la cual es la búsqueda y el fin al cual tienden los seres vivos] Por lo cual las células realizan y transmiten tres funciones básicas y vitales: nutrición, relación y reproducción.

Siendo yo el afortunado observador del espectáculo que se ofrecía a mis ojos, acostumbrados a lo cotidiano, sentí la mayor conexión con cada elemento de todo lo que compone la vida física y espiritual. Esto debido a que dentro de mis observaciones dirigidas al mundo micro, pude notar lo que parecían jardines surrealistas con características mundanas (extraña combinación) en los cuales se presentaba un panorama enigmático para un observador minucioso y atento.

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