miércoles, 8 de febrero de 2023

Adriana Suárez Blas-Argentina/Enero, febrero 2023


 

Ilusiones

La frialdad de lo inhabitado se cristalizaba en sus ojos, secuestrando el brillo de su mirada.

Sus pupilas fueron poseídas por entes de desanimo.

 

La casa, carente de otros, se agrandaba con los recuerdos y resaltaba el abandono sonoro de la vida que roza la piel   y  lo cotidiano.

Esa sensación de vacío, de lo hueco; le resultaba aplastante y despertaba la fantasía de que perdía densidad en el mundo  de la materia hasta tal punto que su existencia iba cayendo paulatinamente en un proceso de transparencia, de  falta de nitidez sustancial.

La decisión había sido tomada en una mañana de invierno y la entrega fue inmediata.

Lo vistió lentamente paladeando ese instante tantas veces anhelado.

 

Cenó con el maniquí, que suplía la inexistencia humana y en un arrebato de piel, le tomó entre sus brazos besándolo con pasión en la boca fría hasta que el calor, que irradiaban sus labios, los fueron entibiando.

De tanto mirar sus ojos de plástico, un día creyó ver en ellos un leve parpadeo que se apagó muy rápido.

En la oficina y en el barrio notaron que ella estaba distinta…

Una mañana de un largo año, la vieron en la playa saltando de alegría mientras él a su lado  aprendía torpemente, sus primeros pasos.

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