miércoles, 8 de febrero de 2023

Alexandre Russel-Cuba/Enero, febrero 2023


 

Abre los ojos, Mamá

 

 

          Capitulo I

Buenos días, si a ti, que me estás leyendo en estos momentos y viviendo cada una de estas líneas como si fueran tuyas y eso es lo que quiero que hagas, que vengas conmigo en esta aventura que no será nada fácil para mí.

 

—¿Estás listo? —pregunta el profesor con cara de nervios.

 

Probaremos su máquina del tiempo, de paso te agradezco por haber aceptado que escojamos estas fechas, sé que lo haces por ayudarme. Si te preguntas cuál fecha he escogido, sencillo, he querido revivir los últimos días de vida de mi madre.

 

No tienes por qué sentir vergüenza en seguir preguntando, mi nombre es Alexandre Russel y mi historia la siguiente. Hace dieciséis años atrás a mi mamá le detectaron cáncer en los senos, yo tenía apenas siete años al igual que mi hermana Samara y mi hermano mayor Nelson recién cumplía trece. En esos momentos no sabíamos lo que pasaba, ciertamente era algo propio de nuestra edad estar sin conocimiento o ajenos a la gravedad de los hechos, por eso, lector, he elegido estas fechas, espero que no tengas problemas.

 

Tan solo pude sentir una chispa en mi interior y un sonido raro que se volvía cada vez más fuerte. Noté una sensación bastante peculiar en la piel. Cuando desperté un insoportable dolor de cabeza y un inquietante zumbido en los oídos era todo lo que sentía; permanecí tirado en el suelo blanco.

 

—¿Qué pasa?

 

Me pregunto qué es esto que está ocurriendo, lo que pasa por mi mente es que son los efectos que provoca el recorrido que hemos hecho en el tiempo, el viaje a estas fechas.

 

—¿Has sentido lo mismo que yo?

 

Realmente espero que no, porque fue bastante raro. Tan solo veo alguien llegando a la puerta y viene corriendo hacia mí.

 

—Señorito López, ¿qué le ha ocurrido? —se acerca una persona vestida de médico.

 

Me ayudó a sentarme en una silla junto a la pared, en frente de un espejo y allí estaba yo, mi reflejo me mostraba mi propia imagen, justo como lucía en la actualidad, aunque estaba de vuelta en el año 2005.

Al parecer las demás personas no te logran ver, al menos tu versión real, por lo que el profesor tenía razón.

 

En la historia siempre tendremos un consejero, alguien que no es visible para las personas de esta dimensión, el cual siempre nos puede ayudar en todas las acciones que tomemos. Cuento contigo.

 

—¿Ya estás mejor?

 

Me levanté del asiento donde estaba y fui hacia la puerta que tenía enfrente, detrás de mí caminaba el doctor Muñoz, guiando mis pasos hasta el buró de nuestra oficina.

 

Me preguntó si había algún turno más para el día de hoy. Me fijé en la computadora, revisando los horarios y sí, para mí sorpresa sí, los señores Russel.

 

—Ah sí, pobre mujer, al parecer se le ha detectado un cáncer de mama, algo avanzado, hoy tengo que darle la noticia.

 

En ese momento comenzó a rebuscar en su buró el resultado de los análisis de la señora Rosita, adentró sus manos en las gavetas, hasta que los encontró.

 

—Mira ya los tengo, son positivos, la señora tiene cáncer.

 

Mi cara dio un cambio total, no sé realmente que era lo que esperaba, yo sabía cómo acababa todo, tan solo quería estar aquí.

 

Tocaron a la puerta insistentemente, al abrir vi a dos personas, era mis padres. Allí estábamos, todos juntos. Mi mamá se me queda mirando y con una sonrisa entre triste y nerviosa me da los buenos días, ella vestía unos pantalones ajustados al cuerpo, una blusa de colores vívidos que la hacían ver tan llena de vida y también estaba papi, bueno en su mejor versión, aún éramos parte de su vida en esa época. Por supuesto, no me reconocían.

 

—Por favor siéntanse —Les pedí amablemente. Era increíble tener a mi mamá tan cerca.

 

Le pregunté cómo estaba y me respondió que estaba bien, algo nerviosa por los resultados y fue cuando saqué de mi bolsillo un caramelo y se lo di, dedicándome como agradecimiento esa sonrisa de la que apenas me acordaba.

 

El doctor Muñoz entró nuevamente y con tono amigable les dio los buenos días a mis padres. Su cara lejos de fingir que todo estaba bien mostraba preocupación. Se acercó en un gesto más familiar y mientras iba explicando en términos médicos toda la situación podía ver cómo mi mamá había encajado la vista en las plantas de la consulta, sus manos algo sudorosas y temblorosas apretaban a las de mi papá.

 

—Rosita, con todo esto que le acabo de describir solo puedo decirle que sea fuerte, tenemos las radiaciones, la quimioterapia e incluso en algún momento valoraremos la idea de poderle hacer una radical de mama, en otras palabras, perdería su seno, pero hay que pensar positivo mi señora.

 

Mi padre estaba paralizado, sin pronunciar palabra alguna, yo, al contrario, tenía miles para decirle a ella, pero no podía. Tenía tantas ganas de abrazarla y no poder hacerlo me estaba matando lentamente, podía ver el sufrimiento en sus ojos.

 

Cuando ya iban de salida me acerqué a ella, notando que estaba algo abatida.

 

—Rosita, no se preocupe, todo estará bien, tenga confianza en ello —Sonriendo saqué del bolsillo tres chocolatinas y se las puse en las manos, explicándole que realmente no sabía si tenía hijos, pero si era así, para que se los llevará a la casa.

 

Ella, quizás por la emoción del momento, o por los nervios, me abrazo fuertemente. Podía sentir su respiración entrecortada debido al miedo y le pregunté el porqué de estar así, existía la probabilidad de salvarse.

 

—En el momento en el que tienes tres hijos que esperan por ti en casa todo cambia, necesito ser fuerte para salir de esto y estar para mis niños.

 

Le devolví el abrazo, era increíble lo que estaba haciendo en este momento. No sabes cuánto había deseado hacer esto hace tantos años, lector. Podía jurar que había sentido ese viejo perfume con un olor suave, ese que el frasco era una rosa de cristal en una mano de plástico.

 

Y así los vi irse, ellos tenían que viajar ciento veinte kilómetros hasta llegar a casa. Solamente puedo decir que estaba impresionado porque a pesar de todo ella estaba fuerte y no había dejado que esto matará su alma.

 

Lector, cada día se pondrá más intenso esto, pero gracias por estar a mi lado, veamos lo que nos depara mañana, espero haber avanzado algo en el proceso y ver cómo está su estado anímico y ayudarla en lo que pueda. Gracias.

 

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