Cerrado por Balance
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Despuntaba el día. Era el último hábil, de la última semana, de aquel último mes del cuatrimestre. Buena excusa para hacer balances. Buena excusa para reformular objetivos. No podía entender como estaba tan cansado en apenas cuatro meses de un año que se presentaba intenso pero
Promisorio. Con gran paciencia revolvió la taza de café, tal vez buscando que en la ulterior borra no quedaran plasmados los designios de su vida. Sorbió poco a poco el brebaje dejando a la mente recorrer libre, esquivos escondrijos.
La luz invadió su interior en armónica secuencia. Las piezas, de pronto encastraron. El dibujo de empecinadas búsquedas fue quedando conformado ante logros convertidos en avances. Una sensación de quietud balsámica invadió entonces su esencia al vislumbrar la coronación de las ansiadas metas.
El saldo del tiempo físico iba quedando razonablemente diezmado. Sin embargo, una vez más, su balance existencial presentaba un elocuente superávit.
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