La vida insiste en vivir
Soy un árbol de lapacho amarillo,
una alfombra dorada en la acera.
Un día un “ser inhumano” me aserró.
Mi savia corrió en forma de lágrimas.
Morí, debido a la "suciedad" en la acera.
Pensé que era hermoso.
Quedó el tocón de mi tronco, pero
sucedió un milagro, mis raíces brotaron.
Y sobre los escombros de lo que queda de mí,
Yo renací un árbol de lapacho amarillo .
( Poema traducido del portugués por Elciana Goedert)
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