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Contra el destino
Mira, ve tras la ventana... la luna clara, reluciente, expandiendo su luz al parque. Mira, si, atrévete a revivir esos días de angustia, de esa adolescencia difícil... de esa niñez difícil.
En la radio, una Opera de Wagner y escribo, bajo la luz de la lámpara de noche, estas líneas que no se que futuro tendran. El coro, energico, entonando estrofas en aleman y mi mente recorriendo los recovecos de la memoria, hallando imágenes y punzantes anhelos; viejos anhelos de vida, trazando una línea, una perspectiva que sigo..., ..que debo seguir afanosamente, como un mandato frente a la adversidad.
Veo la ropa sobre la cama de enfrente, el desorden de la pieza inhospita e insipida... las paredes grises y las marcas de la humedad en una esquina.
Los Periodistas “gorilas” en la televisión, deslizando su agresividad contra los piqueteros y el Gobierno, lanzando elipticas advertencias: “todo tiene un límite”, “que actúe la justicia”... Alberto Fernández, obligado a mantener las formas, interpreta el punto de vista de los empresarios: “…los desórdenes desalientan las inversiones”.
No esperaré que me llame nadie, seguiré buscando, molestando, encontraré mi lugar y desde alli abrire puertas a los que tengan algo importante que decir. Siguen las “arias” en la radio, que estimulan recordar el altri tempi: Bayreuth, el siglo XIX, los tiempos de Nieztsche…, ..y también de Marx y Engels.
Los recuerdos de los 80’, de esa búsqueda por esas calles arboladas y despobladas... las casas de estilo inglés, la diferencia entre los “chicos bien” y mi marginal condición de “clase media”. El Cielorazzo, con los paneles de Harboard descolocados, la marcha que culmina en la radio; las cajas de calzado con sus marcas comerciales, llamando la atención... se extraña la lluvia con su repiquetear sobre la ventana, su rumor envolvente... Y sin embargo aquí están, convocados, por el papel y la lapicera, los fantasmas… …está el de ella, de quien ya no recuerdo el nombre, la chica del boliche, la de la casa soleada de rejas blancas, de quien yo esperaba reciprocidad en el sentimiento, pero a la que no pude ver más... ¿Porqué?.. ,...porqué?!.
El “destino” me ha jugado sucio, demasiadas veces y prácticamente debería decir: “me ganó el”, pero soy un mal perdedor y sigo apelando a mis artimañas y la sigo “peleando” como se suele decir.
Allá, atrás de la ropa colgada en la soga, detras de la pared, está la “maldita” realidad, esa cruel adversaria. Está el frio de este invierno boreal… Colombey-les-deux-Églisès…, están las dalias bajo el vidrio del patio cubierto. Aqui, en este cuarto silencioso, estan mi pasado “impresentable” y mi futuro, difícil también; pero “para ganar he de ser leal, para ganar he de continuar…”, ..como dice Gian Carlo Baglietto en una cancion. La lluvia que cae sobre el Cinc; el viento que agita las ramas, la atmosphera está más fresca esta noche. 05:20 hs. dice la pantalla del teléfono…, ..la ropa desacomodada en el estante, una pila de libros mas arriba. No vi noticias en la Deustche Welle, había solo un concierto de piano y violin.. ...música instrumental. No se como estarán las aguas del Elba, o el puerto de Stettin, suenan los truenos y sigue goteando la persiana.
Veo el mar bravio en los acantilados de Calais, veo las gaviotas girando sobre la arena, el atardecer tormentoso los fantasmas de los Vikingos en el canal... …Más al sur, el estuario del Loire, unos pescadores recogen sus redes. Veo tambien, en esta madrugada de visiones, el Walhalla y veo a Dios dictando a traves de Nietzsche sentencias a justos y pecadores. En el cielo vibrante y azul de los Alpes, el Señor con el auxilio de San Pedro concreta sus divinos designios… …en los montes de Salzburgo se mueven alces y lobos, cierro los ojos, pían los pájaros, la lluvia ha cesado…, .. supongo que ella estara pensando en mi; ahora .., es un buen momento.
Y me despido, me voy, de alguna manera, a este viaje a través de la noche y los sueños. Afuera, luego que se despejó el cielo, cuando terminó de llover, está la luna cubriendo con su blancura la arboleda y la cinta asfaltica mojada, las nubes en el horizonte, amenazando con su color obscuro, y aqui mis esperanzas, mis “Altas esperanzas” parafraseando a Pink Floyd. A pesar de “ellos”, del mal y sus seguidores, tengo posibilidades de lograrlo. Me arrodillo en la cama y rezo al crucifijo de la cabecera: “Dame fuerzas señor…, dame fuerzas”.
Muy buena , la redacción y la manera de sacar algo así como una "foto" . Foto que detiene en el tiempo un momento exacto de la vida de mí amigo Gussepe Abelardo ,
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