“Poética del no-saber o La mutante fragilidad de los entes”: una lectura del libro ‘Habría de abrir’ de Rolando Revagliatti
Y si se abriera, qué habría en el abrir, cuando la condición de abrir va con delicadeza impensada y, sobre todo, sin abrirse?
Decir sin decir o decir para negar. O negar para afirmar.
En todo caso, en estos poemas algo se desliza de su sitio, se disloca. Esa idea, esa que debería abrirse, sugiere un no-mostrar. Sin cerrarse, tampoco se difunde. Susurra al oído el secreto desarreglo de los saberes. Disloca lo que siempre ha estado dislocado. Un mundo creado por el pensamiento. Poco confiable.
Y la dislocación de la idea se corresponde con la dislocación del lenguaje. Lo que estaba aquí, ahora está allá. El predicado se hace sujeto. El sueño, lo real.
“No le enseñaron a denominar sueños / a lo que él tiene”
Los poemas de Habría de abrir implican una forma de búsqueda de la verdad, filosofal, mediante la aceptación y el rechazo del mismo concepto. Cuando lo que muta es el sujeto el mundo muta con él.
No se trata aquí de una reducción al absurdo. El absurdo, tanto como la nada, también son in-ciertos. La dialéctica va y viene entre dos opuestos. La realidad excede toda lógica. El autor no pretende un pensamiento esencialista. No encontraremos por aquí las ideas platónicas. Lo múltiple no hace referencia a lo uno. Simplemente lo que es se manifiesta en la mutante fragilidad de los entes.
El ser humano no está frente a lo pavoroso (ominoso?), pertenece a lo pavoroso. Es su modo de ser-en-el-mundo.
“Ni me asomé / y mucho menos me caí // Mi pertenencia a él / y en él mi residencia ininterrumpida”.
Encontramos en estos poemas de Revagliatti expresiones o frases, como ya indicamos, que contienen o implican contradicciones. Y la afirmación persuasiva de un no-saber.
Este no-saber es un planteamiento de ruptura con respecto al “saber” establecido por el sistema que se rebela como vacío o preñado de ideología. El autor aconseja:
“Que no lo diga todo / que se cuide // que todo lo que diga / sea lo no todo / que podría decir // y sea lo no todo / que podría / diciéndolo / no decir”.
He aquí un disimulador. Pero qué es lo que disimula? O lo que no disimula al disimular. Lo que Habría de abrir, abre una estética original y persuasiva: La ironía, disimulo o ignorancia fingida, expresa algo muy distinto o incluso lo contrario de lo que se dice o escribe, oposición entre el mensaje aparente y el que el autor pretende transmitir. Pero para que se esclarezca el sentido del sinsentido hace falta compartir implícitamente una serie de valores o conocimientos. Un modo de participar en la búsqueda.
“Llegaré hasta donde / no hay más // No lo cubriré / sin embargo / todo // No lo sepultaré.”
Queda para el lector la reconstrucción de lo abierto en lo que aparece como cerrado, leer más allá de las palabras. Ese es el poema.
Un intento interesante, para releer.
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