lunes, 23 de septiembre de 2024

Jorge Etcheverry-Argentina/Septiembre 2024


 

Chácharas

Pero del dicho al hecho hay mucho trecho. Y entonces allí nos quedábamos sentados a veces por horas en un banco de una plaza cercana, poco concurrida, con un poco de pasto amarillento, un par de árboles, una fuentecita y la estatuita gris verdosa de un prócer inidentificable, viendo cambiar la forma de las nubes, como esperando que ese cambio se nos contagiara a nosotros, a nuestras vidas.  Como si a la naturaleza le importaran un bledo nuestros padecimientos.  A veces comentábamos el destino de algunos de la generación que nos había precedido, de aquellos que murieron torturados en la revolución abortada, que muchas veces abandonaron carreras profesionales y hogares tranquilos, bellas novias, la notabilidad en diversas artes, para embarcarse en ese proyecto utópico que también había fracasado y que en retrospectiva nos parecía todavía menos alcanzable

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