jueves, 28 de noviembre de 2024

Rosa Esther Moro, saluda a Literarte en su cumpleaños 23

 

                                          QUERIDA LITERARTE

 

La poesía, los cuentos, papeles en archivo, sin vida y yo andado en las veredas torcidas de Munro, tal vez sin darme cuenta extrañando el taller de Esther Caputo lugar donde alguna vez alguien escuchó lo que escribía y que yacía en un oscuro cajón, que un distraído podría tirar a la basura. Así callejeando en esos atardeceres, revolviendo libros, buscando la joya de un usado, decidí que no tenía papel y entre en una librería a comprarme un cuaderno de esos que se pueblan con mis palabras, y allí encontré un folleto que invitaba a publicar en la Revista Literarte, y un ejemplar de regalo con unas pocas poetas y su poesía, fue así que me encontré con nombres conocidos, compañeras del nombrado taller, un número de teléfono que resultó ser de Graciela Pucci, alguien que recordaba por su poesía tan especial. 

                     Al día siguiente le alcancé mis poemas y unos cuantos días más tarde reunión en Bar de la Avenida Maipú, con mis trabajos publicados. La convocatoria fue impresionante, todas mujeres no recuerdo hombres en esos primeros encuentros, mujeres todas con nuestras vidas más o menos realizadas, pero con sueños guardados en los cajones que podían terminar en la basura y un desafío en la mirada de la mujer salvaje que nos habitaba, un rayo de luz nos tocó en uno de esos momentos oscuros que suelen aterrizar en nuestro país, fuimos esa corriente subterránea mas allá de cualquier creencia que sale a defender la vida, cuando las garras de los mortifagos se acercan demasiado. Sentí que había llegado al lugar donde tenía que estar.

                         Después, la avenida Maipú y sus bares regaron la mística de lo que yo llamaría sin exagerar, una movida literaria importante en nuestro Vicente López que se afianzó cuando comenzaron las “Bohemias de Literarte” una vez por mes, que se transformó en un encuentro ineludible, donde poníamos todas nuestras luces y no solo literarias con el micrófono abierto, sino femeninas para hacer de esos encuentros algo inolvidable. No es fácil olvidar lo placentero que resultaba recibir la revista Literarte, con su peculiar formato y las bellas imágenes de su portada, con nuestros trabajos literarios en su interior, en el transcurso del evento con el aplauso de los concurrentes.

 Hoy me recordaba Graciela que venían a visitarnos escritores de todo el país y las presencias de tantos consagrados que pasaron por las Bohemias e hicieron de estas un lugar esperado un sábado al mes.    

                         Encuentros que eran conducidos por Cecilia Ortiz, y Graciela Pucci, que no era solo literatura, sino que había espectáculos musicales, muestras de artistas plásticos y fotográficos, que no solo exhibían sus obras, sino que nos hablaban de ellas, sus técnicas y su génesis[RM1] ; actores que hacían sus pases de teatro, bailarines con su danza y hasta una cuenta cuentos, Juanita Figueroa, cuando recién despuntaba este arte de contar cuentos en nuestro medio.

                      Todo esto dió nacimiento a entrevistas periodísticas, un programa de radio y un taller literario coordinado por la escritora y poeta Cecilia Ortiz que tanto nos hizo crecer como escritoras y que nos definió como grupo para llevar perseverar en este proyecto.

                          A la cabeza de esta tribu, la incansable Graciela Pucci, conduciendo sin que se notara y sabiendo delegar tareas, una reconocida líder de gran generosidad. El broche de oro fue “Ediciones Literarte” editorial que hizo posible realizar el sueño de libro propio que Graciela nos puso en las manos y la participación en numerosas antologías, sin olvidar los concursos literarios de poesía y cuento a los que eran convocados los escritores nacionales e internacionales, porque tanto en la revista como antologías participaban escritores más allá de nuestras fronteras. Hoy nuestro espíritu está en “Revista Literarte Digital” donde no solo los escritores participamos, sino artistas de otras disciplinas y nuestros tesoros los niños también lo hacen

                          Momentos inolvidables nos proporcionó toda esta movida donde el pesar de momentos álgidos se resolvió en alegría y celebrando la vida en comunidad, porque de todo esto y a causa de lo que transitamos a los venideros les digo: que observen que nada se hace sin una fuerte y buena energía que no solo atraiga éxitos sino diversión porque así se consolida una redonda y vertical comunidad donde el proyecto debe ser la estrella.

                            En este vigésimo tercer cumpleaños, querida Literarte, agradezco la vida que me otorgaste y la compañía de tantos seres luminosos cuyos pasos junto a los míos hicieron posible un sueño que ni siquiera soñé y la intensa alegría de compartir.

                           Yo Soy de ese   lugar.


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