Mujeres en Pedazos
¿Saben ustedes cuántas mujeres tristes
llevan sonrisas dibujadas en el rostro?
Cuánto dolor, cuánta decepción,
cuánto abandono arrastramos
como sombras que no sueltan la piel.
En este mundo que corre sin pausa,
donde coronar es el premio
y la caída un espectáculo,
vamos despellejando a la mujer,
despojándola de sus virtudes,
destruyendo almas y corazones
sin pestañear.
Conocemos la cicatriz
y, aun así, hurgamos en ella,
como si verla sangrar de nuevo
fuera un acto de poder.
Imagínate,
una mujer en pedazos
y, aun así, camina.
Recorre calles con la esperanza
anidada en los labios,
creyendo que el amor
podría estar a la vuelta de la esquina,
ese que, tal vez,
armaría su existencia una vez más.
Y aun así,
seguimos esperando un buen hombre,
uno que no huya,
que no destruya lo que queda,
que no juegue con la fe rota
de una mujer que aún cree.
Si no la vas a querer,
déjala.
Si no vas a sostener su alma,
no la acaricies.
Si no piensas quedarte,
no la hagas soñar.
Porque hay mujeres
que han sido deshechas muchas veces
y aun así,
se atreven a amar otra vez.
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